Ella era una joven actriz y bailarina que comenzaba a ser conocida. Hasta ese momento, la más famosa era su madre, destacada vedette de la época de oro de la Revista Porteña.
Ella sin embargo, estaba dispuesta a trascender más que su progenitora. Al menos había conseguido llamar la atención con algunos desnudos en el cine y en ciertas revistas, y por una vida amorosa muy prolífica.
Esta chica que tenía por entonces 25 años, había sido incorporada a uno de los éxitos televisivos del momento: una disparatada comedia diaria, donde consagrados artistas compartían escenas con modelos, que más que por su histrionismo, se destacaban sólo por sus figuras esculturales.
En el programa, hacía sus primeros pasos como asistente de producción, el hijo de un consagrado hombre de televisión. El chico muy atractivo, pero bastante tímido, era el centro de las miradas de varias integrantes del plantel femenino de la telecomedia.
Nuestra enigmática mujer llevaba la delantera entre las interesadas de llevarlo a la cama. Sus insinuaciones eran permanentes. Sólo que el joven de 22 años había fijado su mirada en otra actriz, también del programa, con quien había iniciado una relación.
A la bailarina no le interesaba el compromiso del muchacho. Le interesaba el muchacho y no iba a parar hasta conquistarlo.Le servía al menos el "toco y me voy", aunque si se podía ir más allá, mejor.
Como la carne suele ser débil y sin dudas, ella contaba con los atributos necesarios para despertar la curiosidad del chico, él terminó invitándola a salir.
Todo se hizo de manera tan reservada que nunca nadie se enteró. Nadie no. Yo me enteré, porque él era mi amigo y me lo contó.
Si bien es cierto, ambos fueron a un hotel, donde tuvieron relaciones, el joven le adelantó a la actriz que "no iba a haber otra salida, porque él no estaba dispuesto a poner en peligro su noviazgo incipiente".
En el programa siguieron tratándose como simples compañeros de trabajo, aunque a ella le quedaron deseos de repetir la experiencia.
Con el paso de los años, él se convirtió en un personaje muy importante de la televisión en el exterior, donde incluso formó su familia con esposa e hijos estadounidenses.
Mientras que ella siguió su camino, con otras parejas, dos de las cuales le dieron hijos. Y en cuanto a lo profesional, continuó con su crecimiento como actriz, bailarina y sobre todo como coreógrafa, donde se ganó un lugar respetable del cual nadie es capaz de poner en duda.
Cuando la veo en los móviles de los programas de chimentos, pienso en el festín que se harían esos envíos si supieran esta historia. Pero no está en mí desenmascararla. No por ella, que ni me va ni me viene, sino por mi amigo.
4 comentarios:
ELLA NO ES R.... R....?
Sí, Sergio, esas son iniciales...Saludos.
Hola Yayi, cómo estás? Me gustaría poder charlar contigo sobre lo que escribis, que por cierto, es de muy buena calidad narrativa.
Te mando un beso
Jorge
Muchas gracias, Jorge, es mi entrenamiento para ser escritora. Sé que me falta bastante, pero le pongo toda la onda. Gracias por leer lo que escribo. Saludos.
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