jueves, 10 de diciembre de 2015

ALISH, LA INTERMINABLE...

Así estaba Alish, la blanquinegra, cuando estaba sana o al menos el cáncer aún no se dejaba ver. Estaba feliz, acompañando a Cocó, otro de mis gatos.

Hace 13 años aproximadamente que la tengo.
Toda una vida a mi lado.
Por eso la quiero tanto.
Pero un día, hace 3 años, fue atacada por un cáncer debajo de su ojito izquierdo, que fue creciendo, de manera inevitable.




Y no hubo más remedio que recurrir a una cirugía en septiembre de 2013.

Le sacaron una enorme pelota, casi del tamaño de una pelota de golf y un diente que se le había infectado y vaya a saber cuánto habrá sufrido también por eso la pobrecita.

Sin embargo, la ilusión por una curación definitiva, aunque advertida por el veterinario, duró casi unos dos años.
Porque la protuberancia volvió a aparecer.
Y esta vez sí que no se podía operar.
En abril pasado, cuando la llevé al veterinario, me dijo que era imposible otra cirugía porque no tenía posibilidades de cicatrizar ya que estaba muy cerca del ojo.
Me recetó unas pastillas y una pomada, y no le dio mucho tiempo de vida.
Desde ese tiempo estoy sufriendo por ella.
Por mi Alichi, como también la llamo, lloré mucho y lo sigo haciendo.
Muchas veces sentí que se me iba, pero por arte de magia o más bien rezos a San Martín de Porres y San Francisco de Asís, y hasta la Virgen María, volvía a estar bien.
Muchos me recomendaron que le aplicara la eutanasia.
Pero cómo hacerlo.
Ella es mi familia.
Mi hija, uno de mis chicos, porque Dios quiso que no salieran hijos de mi vientre.
Me daba miedo volver a llevarla al mismo veterinario que la había desahuciado.
Sólo que es el mejor en el barrio. Para mi primo Sergio, su palabra es santa.
Para evitar estresarla lo menos posible, le saqué unas fotos en primer plano y fui a verlo a Alejandro.

Sólo con las fotos, el veterinario me dijo que era imposible una nueva cirugía, pero quería verla personalmente.
Me preguntó si comía y tomaba agua. Y le respondí la verdad: es la que más come de mis cuatro gatos. También toma agua y es fanática de la leche.
De modo que pensar en dormirla para siempre, no era la solución.
Y con eso me volvió el arma al cuerpo.
La metí en la jaula y la llevé al día siguiente.
Le inyectó unos calmantes y un aerosol para que la herida, que ella no para de lastimarse con las uñas, convirtiendo a mi departamento en la escena de un crimen, no se lastime tanto.
Es un tratamiento por un mes.
Espero que de resultado porque es muy triste verla sangrando y que las pomadas, entre ellas la recetada en su momento por el veterinario, sólo lograran calmarla de manera momentánea.
También le pedí al veterinario que le corte las uñas porque sola yo no podía hacerlo.
Esto permitirá que no se lastime tanto cuando le pique la herida.
Quiero pedirle disculpas a todas las personas que dejé de ver, que no llamé, que no me comuniqué a través de las redes sociales en este tiempo porque estaba muy triste. Espero que me sepan entender. Traté de cerrarme sola para no molestar. Hay gente que le molesta que una se preocupe tanto por un animal e incluso más que por un humano.
Lo sé.
Por eso mi silencio.
No quería pelearme con nadie y hasta puse la otra mejilla cuando alguien hirió mis sentimientos.
Ahora no sé cuánto durará mi gatita.
Sólo espero que su partida no sea con sufrimiento.
Dios sabe cuándo será su hora.
Espero simplemente estar con ella para despedirla.
Te amo Alish, mi chiquita hermosa...

domingo, 6 de diciembre de 2015

PALITO ORTEGA, EL MEJOR AMIGO DE LOS ROCKEROS


Alejandro Lerner dijo en el escenario del Teatro Rex, el viernes 4 de diciembre de 2015, que la única persona que podía hacer posible que se juntaran "Sui Géneris", "Serú Girán", Celeste Carballo, Juanse, Moris y el propio Lerner, era Palito Ortega.
Y Palito, el Ramón de Lules, el changuito cañero que llegó de la nada al estrellato y sigue manteniendo la corona de "rey", lo hizo posible.
Primero en su disco "Cantando con amigos", donde estos monstruos sumados a Pedro Aznar y a otros músicos exquisitos, crearon una maravilla para escuchar tanto los papás que aman el estilo melódico de Ortega como los chicos seguidores del Rock.
Y segundo, en el escenario, haciendo de un concierto de tres horas que parecieran minutos, porque de verdad, no daban ganas que terminara.
Desde que escuché en Radio 10 hace un tiempo a Palito Ortega contándole al "Negro" González Oro sobre este disco, de cómo se armó con Charly García en teclados, Pedro Aznar en bajo, Juanse en guitarra, David Lebón en guitarra y coros, Celeste Carballo y Nito Mestre en coros. Todos de onda.
Y escuchando algunos de los temas, me pareció una genialidad que no podía perderme.
No sólo lo propuse como nota para el noticiero, porque Ortega tenía que estar en Telenueve. Y lo estuvo en dos hermosas notas de Claudio Pérez y producción de Rosario Kozak.
Sino que me propuse ir a ver ese concierto.
Era una promesa de buena música y mucha diversión.


Llevé mi cámara nueva.
Nadie podría sospechar que tanto las fotos como las filmaciones las hice desde la fila 16 y la alta definición que tiene, hizo que saliera bastante bien.
La fiesta comenzó con el tema "Vamos a pasarla bien" con todos los rockeros en el escenario.
Parecía "B.A. Rock" más que un recital de Palito Ortega.



Tengo una salvedad con la segunda filmación de los temas "La casa del sol naciente" y "Canción para mi muerte", que por el apuro por no perderme nada, me salió fuera de foco.
Pero decidí agregarlo igual por eso del "valor emocional".
Me parecía un sueño estar viendo a Charly en los teclados, con Palito cantando, y luego al mismo Charly con Nito Mestre, recreando del viejo "Sui Géneris" aquel hermoso tema "Canción para mi muerte".
Una flecha para mi corazón dormido.



Todos los músicos invitados, los grandes, tuvieron su momento para que el público los abrazara con su aplauso.
Así pasaron Celeste Carballo, que en sus comienzos hizo coros para el propio Palito, con su tema "Me vuelvo cada día más loca".
Juanse con "Vicio".
Moris con Ortega en "Sin una canción" y después solo con "El oso".
David Lebón con "Seminare".
Alejandro Lerner acompañando a Palito en el bolero "Sabor a nada" y luego haciendo solo "Volver a empezar",mientras el anfitrión se había ido a sacarse las zapatillas y la remera, y salir con traje para con nuevo vestuario, recordar sus viejos éxitos.
También se suma una encantadora versión del tema italiano "He sabido que te amo".





La calidad de las imágenes ya no es la misma a partir de estos videos, pero al quedarme sin batería con la otra cámara, tuve que usar mi teléfono celular, que lejos de ser inteligente, es más bien un poco bruto.
Pero no podía dejar de lado toda la etapa de éxitos populares de "El rey", que era lo que estaba esperando la mayoría de la gente, muy grandes algunos, que llenaron el Gran Rex.
Así pasaron Rosario, la benjamina de los Ortega, con nombre propio, acompañando a su padre en el tema "Por muchas razones te quiero".
Lalo Fransen como guitarrista y director artístico de la banda de Palito.
Un homenaje a Sandro con quien era amigo, no rival, como siempre se lo quiso vender.
Y los temas populares con imágenes de las películas que llevaron el nombre como "Un muchacho como yo" y "Corazón contento".
Los muy famosos "Yo tengo fe", "La felicidad", "Popotitos","Caminando por las calles voy cantando".
Y un cierre, en el bis, a toda orquesta, emoción y alegría con "Despeinada", que la gente pedía a gritos.



Era la primera vez que iba a un recital de Palito Ortega. No era mi estilo de música, aunque de chica lo escuchaba en la radio y en algunos discos que quedaron en Jujuy.
Sin embargo, me habían quedado todas sus letras en la memoria y las pude volver a cantar.
Me gustó este Ortega rockero. Por eso fui y no me arrepiento.
Todo lo contrario. No me queda más que decir que valió la pena pagar para ver a Palito y sus amigos...

lunes, 24 de agosto de 2015

MI PEQUEÑA PARTICIPACIÓN EN LA AVANT PREMIERE DE "LA EXTRAÑA DAMA"



Hace tiempo que quería tener este video que para mí representa tanto, a nivel personal como profesional.
Y de pronto, sin esperarlo siquiera, un compañero de Telenueve me lo acercó de manera muy generosa.
Mi intención no era subirlo a YouTube porque podía tener problemas de derechos, pero para incluirlo en mi blog, era demasiado pesado por sus 53 minutos de duración.
Así que ahora estoy a merced de alguna prohibición.
Es más, ya me escribió YouTube advirtiéndome que no puedo poner publicidad en él.
Pero lejos está en mí hacerlo. Sólo quería tenerlo como un recuerdo de lo que fue mi primer trabajo para Canal 9, cuando ni siquiera me atrevía a aspirar con ser parte de "la gran familia", como le decía el gran Alejandro Romay.
Mi amiga Matu O'Connor, por entonces jefa de prensa de Canal 9, fue quien le propuso a la producción del programa de presentación de la telenovela "La Extraña Dama", que fuera yo y no otro periodista, con más renombre y mérito.
Sin embargo, con todo el miedo del mundo, acepté el reto y puse oídos sordos a las críticas que me podían llover.
Esa podía ser la gran oportunidad para ingresar a un mundo nuevo, que en ese momento, agosto de 1989, era la televisión.
Me explicaron que debía estar en la puerta del Hotel Alvear, donde se hizo la fiesta, con Daniel Castex, para recibir a las figuras de la novela.
Yo debía indicarle a Daniel quiénes eran los artistas que llegaban y aportar algún dato sobre sus trabajos.
Castex los saludaba, les hacía, si era posible una pregunta y los invitaba a pasar, donde el interior los esperaba Jorge Formento para entrevistarlos.
En el interior también estaba Silvia Fernández Barrio, por entonces conductora de "Nuevediario", quien llevaba adelante la conducción del programa.
El día de la avant premiere, en Canal 9 me dieron el vestuario, me peinaron y maquillaron. Y luego me llevaron hasta el Hotel Alvear para el gran acontecimiento.
Reconozco que esta fue la primera vez que vi la transmisión porque aquella vez fue en vivo y no había manera de verlo grabado.
No me reconozco a mí misma. Cómo me acordaba de los trabajos de los actores y sin tener ningún "machete" en la mano.
En este momento sería imposible sin un ayuda memoria.
Nunca cobré por ese trabajo. Seguramente me hubiera correspondido. Pero tampoco me acerqué a reclamar nada.
Con la oportunidad de ser parte de una telenovela que fue histórica, ya era suficiente. Y más que agradecida.
Lo que menos hubiera imaginado es que un mes y medio más tarde, Horacio Larrosa, director de noticias de Nuevediario, me iba a convocar para trabajar como productora del noticiero.
Doy fe que mi participación en la avant premiere de "La Extraña Dama" no tuvo nada que ver porque Larrosa ni se enteró de mi presencia.
Como ya lo dije muchas veces, su llamado fue a raíz de una entrevista que le había hecho en el mes de febrero con su hijo Leandro para la Revista "La Revista".

sábado, 1 de agosto de 2015

LA COFRADÍA DE LOS BLANQUINEGROS

Esta gatita fue la primera en acercarse a pedirme comida, cuando pasaba de madrugada con rumbo a Canal 9, en la zona aledaña a la Plaza Mafalda, en Colegiales.
Poco después se fue acercando otro gato, después otro y más, cada día.
Actualmente son 13 o 14 los felinos que vienen a mí en busca de comida.
Y todos son bien recibidos.
Por su color blanco, negro o de ambos colores, los bauticé "La Cofradía de los Blanquinegros".
















Todas las madrugadas me sorprenden estos animales.
Cuando voy pasando frente al Mercado de Pulgas y de un predio que está vacío a pasos de Canal 9, los gatitos advierten mi presencia y se van acercando.
Algunos más confianzudos, se dejan acariciar, otros simplemente acompañan mis pasos y a veces no me dejan caminar.
Con mi "Cofradía de Blanquinegros", avanzamos en la penumbra, pero no me da miedo.
Siento que me están protegiendo del peligro. Son mis ángeles de la guarda, convertidos en gatos. Así lo siento y con eso me basta.
Ellos saben que no es en cualquier lugar donde les repartiré la comida.
Tenemos que llegar a la placita.
Ya en ese lugar, los felinos siguen apareciendo. De un auto abandonado frente a Canal 9, sobre la calle Conde, de la plaza Mafalda y más del predio vacío.
Todos con sus colitas levantadas y algunos rozando mis piernas.
Es un espectáculo maravilloso verlos rodearme.
Son momentos de gran felicidad para mí. Ideal para empezar con buen ánimo una jornada de trabajo.
Cuando llego con los gatos al centro de la placita, bajo una mejor iluminación, les vacío la bolsa con hígado y carne, y luego les arrojo el contenido de sobrecitos, de latas con alimento para felinos y hasta latas de atún, además de dejarles granitos.
Desconozco la familiaridad que hay entre ellos, porque sólo los veo en ese momento. Pero es muy gracioso cuando otros gatos, de otro color, también se acercan a comer.
Se ponen en alerta y los miran mal, como diciéndoles: "Váyanse, ustedes no son de los nuestros, no son blanquinegros, no tienen nada que hacer aquí".
A mí no me importan las diferencias que ellos plantean.
Para mí todos tienen la posibilidad de comer.
El otro día los estaba alimentando y de pronto vi que varios de los gatitos se pusieron en alerta.
Me asusté porque pensé que era una persona la que se acercaba.
No, era un gato de otro sector, blanco con una cola marrón, que no era del grupo, pero tenía hambre. Y para evitar una pelea, yo fui a su encuentro y le serví un sobrecito que lo devoró en segundos. Sabía que en otro momento iba a volver a aparecer.
Los animales siempre vuelven a donde les dan de comer.
Si bien al día siguiente no vino, lo hizo dos días después.Y sigue apareciendo de vez en cuando.
Cuando termino el reparto de comida, lentamente me alejo con dirección a Canal 9.
Pero la gatita, la primera que inició la cofradía, no se siente satisfecha y para demostrarles a los otros que es la preferida, se aleja de los demás y me acompaña hasta la calle Conde.
Para agradecerle su fidelidad, abro un último sobrecito, se lo sirvo y entonces me voy a darles de comer a las dos únicas gatitas que quedaron de todos los gatos que alguna vez hubo en Canal 9.

domingo, 17 de mayo de 2015

CARTA ABIERTA A LOS HINCHAS DE BOCA












Como hincha de River, reconozco que en mi club también hay violentos. También hay gente a la que no le importa lo maravilloso del fútbol.
Descontrolados que rompieron, por ejemplo, las instalaciones del club cuando nos fuimos a la B.
Pero lo que hicieron ustedes el jueves 14 de mayo fue lo peor de un ser humano. Fue una bestialidad sin sentido. Innecesaria.
Si jugando podían ganar y pasar a los cuartos en la Libertadores. Había 45 minutos por delante para hacerlo.
Si nos ganaron un montón de veces, ¿por qué no en ésta?.
¿Acaso no habían sido los mejores de la Copa y nosotros, apenas los peores segundos?.
Pero tenían que atacar a los jugadores de River con esa porquería tumbera del "mostacero" y lo arruinaron todo.
Se arruinaron a sí mismos porque quedaron escrachados como la "vergüenza", el "bochorno", el símbolo de la "cobardía". Ante el mundo.
Ustedes se cansaron de burlarse de nosotros por nuestro descenso. Y seguramente lo van a seguir haciendo de por vida.
Para nosotros fue muy triste ese momento. Si habré derramado lágrimas como tantos hinchas de la banda. Nos dolían esas burlas.
Digo "dolían" en tiempo pasado porque lo más grave es lo que están viviendo los hinchas sensatos de ustedes. Los que saben lo que es la vergüenza.
Nosotros estuvimos en el pozo de la B, pero volvimos de inmediato. Con dignidad.
En cambio, ¿cómo salen ustedes de haber dañado cobardemente a los jugadores de River?.
¿Pensaban que así, con los ojos llorosos y las pieles quemadas, iban a seguir jugando sólo para que ustedes se clasificaran?.
¿Por qué River tenía que agotar todos sus cambios, si sus jugadores no se habían lesionado jugando?. Iba ser injusto si el árbitro Darío Herrera decretaba la continuación del partido.
¿Sólo para que ustedes sigan en carrera?.
Me gustaría saber cuál fue la gracia de ese ataque.
Aunque me imagino que después de haberlo cometido, se deben haber reído. Deben haber festejado la "travesura".
"Mirá lo que le hicimos a la gallina puta", habrán dicho en tono de victoria, sin imaginarse que el daño se lo estaban haciendo al propio club. A los hinchas que pagaron una fortuna por la entrada.
La televisión lo mostró todo. Por suerte. De lo contrario, quién sabe qué habrían inventado.
En estos días escuché el lamento de los hinchas de corazón de Boca, con la cabeza inclinada hacia abajo por el papelón, que entiendo y los compadezco.
Pero también escuché los comentarios más estúpidos de gente con mierda en lugar de cerebro.
Uno de ellos fue que había sido el propio Marcelo Gallardo el que les había arrojado el líquido a los jugadores para que se suspenda el partido.
¿Alguien puede pensar algo tan irracional?. Sí, unos bosteros que se juntaron en la Bombonera, haciendo un banderazo en apoyo a los violentos, a la espera de la resolución de la Conmebol.
Agradezcan que esa organización del fútbol con sede en Paraguay fue bastante benévola.
¿Qué le hacen a Boca, con la plata que tiene, los U$s 200 mil de multa y los cuatro partidos internacionales sin jugar en la Bombonera?. Con unos amistosos agotan la sanción. Listo. Olvidada la maldad.
Hasta van a apelar la sanción. Y no sería nada raro que les perdonen todo.
Es Boca. El club de la "mitad más uno". El de la bombonera que "late". El gran campeón de Argentina.
Me niego a dudar como muchos, que hubo dinero de por medio para que la sanción les resulte tan barata. Sólo que no puedo evitarlo.
Así como ustedes se perdieron la posibilidad de festejar la clasificación por culpa de ese grupito que organizó y llevó a cabo el ataque.
También nos privaron a nosotros de lo mismo.
Después de lo que pasó, cuando aún no se sabe las consecuencias que tendrán los jugadores afectados como Leo Ponzio,  Leonel Vangioni, Ramiro Funes Mori y Sebastián Driussi, que encima ahora sufre meningitis, no había ánimo para festejar una decisión de escritorio.
Es que el fútbol se juega en la cancha, no en los despachos.
Ustedes llegaron a la Copa quitándole a Vélez esa posibilidad, por un favor de Julio Grondona. Y ahora se fueron de la misma manera. Por un despacho de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
Todo mal hicieron esa noche fatídica del jueves 14 de mayo.
La poca solidaridad de los jugadores para con sus pares de River, fue patética.
Primero intentando jugar de todas maneras, luego demorando su salida de la cancha y por último, el saludo y los aplausos a los mismos que provocaron el desastre.
Cuando Daniel Osvaldo y Agustín Orión fueron hasta el banco de River. No fue porque se volvieron compasivos. Sino que quisieron comprobar con sus propios ojos que no estaban disimulando.
Lo comprobaron y aún así siguieron con el propósito de continuar el partido.
Si hubiesen ganado la clasificación, aunque nos pese a los River, hasta el drone con el fantasmita de la B hubiera resultado simpático.
Sin embargo, levantado en alto y sobrevolando el campo de juego, cuando había jugadores afectados, que ni siquiera podían irse a ser atendidos por un médico, fue una burla absurda.
Siempre se dice que del fracaso se sale y a veces con una fortaleza inquebrantable. Pero de lo que no se sale es del ridículo.
Nosotros, como la Juventus, Rosario Central, Huracán, Racing, Independiente y tantos otros clubes grandes de aquí y del mundo que también descendieron, volvimos con la cabeza en alto.
En cambio, ustedes, cuestionados en varios idiomas y por sus hinchas, no les va a ser fácil volver de la humillación, la vergüenza y por qué no el ridículo...


domingo, 12 de abril de 2015

VOLVER A FORESTAL...EMOCIÓN A FLOR DE PIEL...



El martes 7 de abril de 2015 fue un día para la emoción y la nostalgia.
Después de muchos años, volví a Centro Forestal, en Palpalá, Jujuy, el lugar donde viví mi infancia y mi adolescencia.
Estuve allí hasta que terminé el Secundario y un año después me vine a Buenos Aires a estudiar Periodismo.
La excusa para el retorno fue la inauguración de la Casa Educativa Terapéutica del Programa "Recuperar Inclusión", del Sedronar, un centro con todas las comodidades para la recuperación de drogadictos, solventado por el Gobierno Nacional.
Tenía interés de conocerlo, pero no estaba en mí ir al acto inaugural previsto para esa mañana y que incluso se transmitió en cadena oficial a través de una teleconferencia con la presidenta Cristina Kirchner.
Sucede que cuando estoy con mi mamá, me cuesta separarme de ella.
Pero ese día, en que a las 17 me iba a encontrar con mis primas, una de ellas, Cristina, "Catina", como es su apodo, me llamó para invitarme a ir a Centro Forestal.
Faltaba poco para las 15.30 y le dije que no podía porque iba a ir a la casa de su hermana, mi prima Mirta.
Pero ella me dijo, que también iba a ir a la reunión, pero que estaba muy interesada en conocer antes el Centro de Recuperación de Adictos.
Como no encontró quién la acompañara, se le ocurrió invitarme.
Lo pensé un minuto y acepté.
Era una buena ocasión para volver a un sitio con tantos recuerdos.
Quedamos en salir a las 16. Mientras me cambiaba y a la espera que Catina pasara a buscarme con su auto, le propuse a mi mamá que viniera con nosotras.
Para ella, ese pueblo perdido entre los árboles, había sido su "lugar en el mundo". Nunca pudo olvidarse de la casa, que aunque era prestada por la fábrica militar "Altos Hornos Zapla" para todos sus trabajadores, la cuidaba y quería como si fuera propia.
En el camino, tantas veces recorrido años atrás, comencé a sentir los latidos fuertes de mi corazón. Antes de llegar, en la ruta vimos a varios policías, lo que daba a entender que el acto era importante, con la presencia de autoridades de Buenos Aires y de la provincia de Jujuy.
Pero así como nosotras, esas autoridades se deben haber sentido decepcionadas por los yuyos altísimos, que el intendente de Palpalá se "olvidó" de hacer cortar. Al menos para la ceremonia de inauguración.
Más allá de los yuyos y de las calles con unas piedras enormes, especiales para tropezarse y pegarse un porrazo, la emoción por el regreso fue mucho más fuerte.
Estacionamos al costado de la nueva capilla, mientras de los parlantes se escuchaba música en vivo, que mi prima de inmediato identificó que era de Daniel Agostini.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, al ver que la Casa Educativa Terapéutica había sido construida donde antes había estado una confitería, donde alguna vez comí y bailé, y luego fue una escuela.
Y el escenario, donde Agostini cantaba sus temas, como cierre de la fiesta inaugural, frente a este edificio, había sido levantado con el fondo del monoblock donde pasé un cuarto de mi vida.
No soy afecta a la música tropical, pero estaba tan contenta, que me prendí con sus canciones y sobre todo con "La Ventanita", con la que cerró su actuación, en medio de una lluvia de globos y papelitos lanzados desde una grúa...
























Me gustó ver a mi mamá encantada, no sólo por volver a su querido Forestal, sino por ver en persona a Agostini, por quien ella se confesó admiradora por ser una "buena persona, padre ejemplar y por ser devoto de San Cayetano, porque tiene al Niño Jesús en brazos".
Cuando el ex marido de Nazarena Vélez terminó su concierto, varias personas se acercaron a fotografiarse con él y a mi mamá la llevamos con mi prima para que lo salude.
Empujamos una valla para estar cerca, pero con tanta gente a su alrededor, era casi imposible llegar hasta él.
Pero cuando ya se había introducido en la camioneta que lo trasladó, Catina, que tiene experiencia en encarar a los famosos (es fanática de Jorge Rojas), le dijo a una chica de la organización, que apareció en la ventanilla, que "una abuelita quería saludar a Agostini". Y Agostini, muy amablemente, salió para darle un beso a mi mamá.
Es decir, que ella logró lo que muchas de las chicas presentes, hubieran querido.
Después de ese momento tan tierno, fuimos a conocer la Casa Educativa Terapéutica.
Por poco no nos dejaron entrar, porque ya estaban por cerrar. Pero con mi mamá, como "arma letal para conmover al más duro", nos permitieron ingresar y recorrer parte del edificio.
Y hasta saludamos al director del lugar, familiar de quien fuera el senador Humberto Martiarena.
Yo no podía irme, sin acercarme a fotografiar la que había sido mi casa.
Ahora parece una choza, con una habitación agregada, un árbol y un horno de barro que antes no estaban.

Cuando era chiquita, no teníamos la galería, donde comíamos en verano, ni la mesa que también usábamos para jugar al ping pong, pero en las fotos me veo con mi hermano Ángel, chiquito y con pañales, y yo corriendo, a pesar que mi mamá me pedía que me quedara quieta para la foto...



























Al lado del Centro de Recuperación de Adictos está la nueva capilla, pero antes ahí había un kiosco y detrás estaba la plaza, que sigue estando pero más reducida por las nuevas edificaciones.
En esa plaza que le llamábamos parque, jugábamos y nos golpeábamos, como me pasó a mí que una vez me caí de la hamaca, me dí un golpazo, pero al volver a casa dolorida no dije nada para que no me retaran.
También era la plaza donde nos sacábamos las fotos para la posteridad en los distintos acontecimientos barriales. Por ejemplo, la de mi primera Comunión.








































A la derecha de la Casa Educativa Terapéutica sigue estando el cine, donde vimos tantas películas porque con mi familia teníamos un abono para ir tantas veces quisiéramos.
Ese cine, que estuvo mucho tiempo abandonado, fue refaccionado, a la par que se construía el Centro de Recuperación de Drogadictos.
Para hacerlo, fue necesario desalojar a unos okupas, que me contaron, tenían gallinas y caballos que andaban en su interior, habían levantado el piso de madera y hasta estaban construyendo nuevas habitaciones.
El edificio donde veíamos películas y festivales folklóricos, también era el lugar elegido para los actos escolares.
En su escenario recibí la bandera de ceremonia cuando terminé cuarto grado y la llevé todo el año siguiente, hasta el final de la Primaria, donde recibí el diploma de manos de la directora.
Años más tarde, fue un lugar de aventuras, ya que aprovechábamos para recorrerlo íntegramente, incluso trepándonos a escaleras que llevaban al techo, cuando se lo prestaban a las maestras para que lleven a sus alumnos a ensayar para algún acto patrio.
Ese cine tenía una magia especial...



































Forestal, esa especie de aldea como la que se ve de los trabajadores del proyecto Dharma, en la serie "Lost", era pequeña, pero teníamos todo a mano.
Salvo la escuela, que en la Primaria, nos quedaba a mi hermano Ángel y a mi, a unos dos kilómetros y medio de casa.
No así a mi hermano Jaño, que fue a la escuela donde actualmente está el Centro de Recuperación de Adictos. El muy suertudo la tenía frente a casa.
La Escuela Secundaria, a todos los hermanos nos quedaba más lejos, en la ciudad de Jujuy. Para ir debíamos tomar dos colectivos y levantarnos muy temprano.
Gracias a eso me acostumbré a madrugar, y nunca lo cambié.
























Fue tanto lo vivido en ese lugar, que es imposible acordarse de todo.
Los recuerdos se me vienen a la mente, como si se empujaran para salir a la luz.
Algo voy a rescatar.
En el mismo lugar donde el Sedronar levantó el escenario, en algún momento arrojaron arcilla.
La tierra resbaladiza que se pegaba a la rota y tanto molestaba a mi mamá a la hora de lavar nuestras prendas, era la que nos servía a los chicos vecinos del monoblock, para imaginar que eran los pasadizos de San Telmo, un escenario que aparecía en la telenovela "Yo compro a esta mujer", que en esos años, décadas del 60' y 70', estaba de moda.
Después que se llevaron la arcilla, y ya más grandes, fue nuestra cancha de fútbol, donde yo también, para no quedar afuera, como arquera, me prendía en los picaditos de mis hermanos y sus amigos.
En Forestal se despertó mi amor por los animales. Sobre todo los gatos. Siempre en casa hubo felinos, aunque mi mamá no permitía que entraran, ni menos aún se subieran a las camas.
Así tuve a mi gato preferido, "Chichi Chichutti", al que lloré a mares el día que un vecino me lo hizo ahorcar porque estaba enfermo y no esperó que mi mamá volviera del veterinario con el remedio.
En la época de Carnaval rogaba que a mis padres no se les ocurriera enviarme al kiosco de "Pico", que estaba frente al cine, para comprar pan o alguna otra cosa. Es que no faltaba algún gracioso que me mojara e hiciera que volviera a casa empapada y furiosa.
En ese lugar descubrí el dolor al saber que mi papá tenía otra mujer. Sufrí con el sufrimiento de mi mamá. Fue muy triste todo y sin remedio porque se quedó con ella.
Creo que por eso estoy sola. Tengo miedo al engaño, a la tradición, que la padecí y ya no quiero volver a sentirlo.
Con 7 años, además, comencé a soñar con ser Periodista.
Y lo conseguí.
Alguna vez, un jurado al que juro no le pagué un centavo, me eligió reina.
Fui muy feliz esa noche, más que nada porque estaba la persona que más amé en mi vida, a mi lado. Me enamoré y también sufrí frustraciones en ese lugar.
Jugué. Estudié. Anduve a caballo y en bicicleta.
El golpe de estado del 76', nos agarró en la parada de colectivo cuando nos disponíamos a ir a la escuela y alguien que tenía una radio, nos dijo que se habían suspendido las clases y con mi hermano Ángel nos volvimos a casa.
Disfrutamos no ir por unos días a clase, sin imaginar la tragedia que se venía para el país, de lo cual me enteré recién años más tarde cuando comencé a leer la revista "Humor".
Por todo eso y muchísimo más, fue fuerte, muy fuerte, volver a mi querido Forestal.
Parte de mi existencia se quedó en ese pueblito rodeado de eucaliptos...

domingo, 11 de enero de 2015

DIEGO Y SILVIO: ENCUENTRO DE DOS GRANDES







































Una emoción indescriptible inundó mi corazón al ver estas fotos: Silvio Rodríguez y Diego Maradona juntos en Cuba.
Se habían reunido dos personalidades por las cuales siento una admiración infinita.
Un abrazo, un intercambio de elogios y regalos, y una admiración mutua que me trajo a la memoria la frase que le dijo Gatica al general Perón: "Dos potencias se saludan".
Sucedió el viernes 9 de enero a la noche, cuando el "10" asistió con Rocío Olivia y Víctor Hugo Morales a un concierto del gran trovador cubano en el barrio Zamora de La Habana.
Fue el primer recital del año de Silvio en el marco de la "Gira por los barrios".
Maradona y Víctor Hugo se encontraban en ese país para hacer dos programas de "De Zurda", para la cadena Telesur, que dicho sea de paso, los disfruté enormemente.
Por Silvio tengo un afecto que va allá de la admiración como artista. Por eso, cada vez que lo veo en un concierto, cuando viene a la Argentina, o en alguna actuación o en una entrevista en Cuba, o en cualquier otro país, me produce una emoción sin límites.
Fue y será mi ídolo hasta el último día de mi vida.
Descubrirlo también a Diego conmovido con su música, en la primera fila del concierto, el regalo para mis sentidos fue doble.
Ese es el Maradona que me encanta. El que admira a Silvio. El que vibra con su música. El que ama a Cuba, tanto como a la Argentina.
Y el Maradona, jugador único e irrepetible, que me hace lagrimear cada vez que veo su golazo, el segundo a los ingleses, en el Mundial de México 86'.
Detesto al Diego de los escándalos de polleras.
Me dolió el que se dejó vencer por el flagelo de la droga.
Yo me quedo con el Maradona que habla de Fútbol, que es lo suyo y lo mejor que supo hacer en su vida. De ahí que le salga tan bien estar al frente de "De Zurda".
Es digno de destacar asimismo la relación de respeto y admiración mutua que existe con Víctor Hugo. Y es tan fuerte ese lazo, que no es de amistad, que no se tutean.
Diego lo transporta al periodista y relator a su mundo de magia en una cancha. Y Morales, a su vez, consigue que Maradona, deje de lado la chabacanería y el insulto, y se manifieste con corrección.
Es la mejor dupla que se logró en la televisión mundial.
No por nada al programa lo ven en todo el planeta y tiene una aceptación inimaginable.
Gracias por darle alegría a mi corazón...