sábado, 8 de julio de 2017

LANDRÚ, EL HOMBRE QUE ANTICIPABA LA RISA DE SUS CHISTES

Juan Carlos Colombres, el humorista y dibujante conocido como Landrú y autor de célebres personajes como el gato de la eterna sonrisa, "Tía Vicenta", "El Señor Porcel" y "El Señor Cateura", entre otras creaciones sobre las características de los argentinos, murió a los 94 años el 6 de julio de 2017.
Esto me trajo el recuerdo de la primera y única vez que lo vi en mi vida, pero que me dejó una imagen inolvidable.
Cuando estudiaba Periodismo en el Círculo de la Prensa, allá por finales de los '70 y comienzos de los '80, uno de nuestros profesores, que no recuerdo su nombre, nos llevó un día a visitar la redacción del diario Clarín.
Íbamos recorriendo el lugar, mientras el profesor, que trabajaba allí, nos presentaba a cada uno de los redactores, cuya imagen no conocíamos, pero sí la pluma de algunos, que era muy buena y para imitar.
Hasta que de lejos vimos a un hombre en su escritorio que se reía solo e incluso a carcajadas.
De inmediato quisimos saber de quién se trataba, ya que no creíamos que en ese diario tuvieran a un desquiciado entre sus empleados.
El profesor, que lo conocía, también se rió cuando lo descubrimos.
Entonces nos aclaró que era común que eso sucediera porque Landrú, ya que de él se trataba, se reía de sus propios chistes.
Fuimos de inmediato a conocerlo, no sólo porque todos conocíamos sus maravillosas creaciones, aunque no su rostro, sino porque nos pareció un personaje fuera de serie.
Y lo era.
En ese breve encuentro que tuvimos, donde lo felicitamos por su trabajo, le pregunté por qué se reía tanto, cuando todos sus compañeros estaban callados, concentrados en sus escritos.
Su respuesta fue muy breve y contundente: "Si los chistes que hago me hacen reír a mí, también lo harán con la gente que los vea en el diario".
Eso fue suficiente para pintarlo cómo era ese hombre.
También para que cada vez que veía un chiste suyo que me hacía reír, me lo imaginaba a él, llenando de sonido con sus carcajadas la redacción del diario.
A Dios seguramente lo estará haciendo reír.
Que en paz descanse.