domingo, 26 de febrero de 2012

ENIGMÁTICO 3

Ella era una joven actriz y bailarina que comenzaba a ser conocida. Hasta ese momento, la más famosa era su madre, destacada vedette de la época de oro de la Revista Porteña.
Ella sin embargo, estaba dispuesta a trascender más que su progenitora. Al menos había conseguido llamar la atención con algunos desnudos en el cine y en ciertas revistas, y por una vida amorosa muy prolífica.
Esta chica que tenía por entonces 25 años, había sido incorporada a uno de los éxitos televisivos del momento: una disparatada comedia diaria, donde consagrados artistas compartían escenas con modelos, que más que por su histrionismo, se destacaban sólo por sus figuras esculturales.
En el programa, hacía sus primeros pasos como asistente de producción, el hijo de un consagrado hombre de televisión. El chico muy atractivo, pero bastante tímido, era el centro de las miradas de varias integrantes del plantel femenino de la telecomedia.
Nuestra enigmática mujer llevaba la delantera entre las interesadas de llevarlo a la cama. Sus insinuaciones eran permanentes. Sólo que el joven de 22 años había fijado su mirada en otra actriz, también del programa, con quien había iniciado una relación.
A la bailarina no le interesaba el compromiso del muchacho. Le interesaba el muchacho y no iba a parar hasta conquistarlo.Le servía al menos el "toco y me voy", aunque si se podía ir más allá, mejor.
Como la carne suele ser débil y sin dudas, ella contaba con los atributos necesarios para despertar la curiosidad del chico, él terminó invitándola a salir.
Todo se hizo de manera tan reservada que nunca nadie se enteró. Nadie no. Yo me enteré, porque él era mi amigo y me lo contó.
Si bien es cierto, ambos fueron a un hotel, donde tuvieron relaciones, el joven le adelantó a la actriz que "no iba a haber otra salida, porque él no estaba dispuesto a poner en peligro su noviazgo incipiente".
En el programa siguieron tratándose como simples compañeros de trabajo, aunque a ella le quedaron deseos de repetir la experiencia.
Con el paso de los años, él se convirtió en un personaje muy importante de la televisión en el exterior, donde incluso formó su familia con esposa e hijos estadounidenses.
Mientras que ella siguió su camino, con otras parejas, dos de las cuales le dieron hijos. Y en cuanto a lo profesional, continuó con su crecimiento como actriz, bailarina y sobre todo como coreógrafa, donde se ganó un lugar respetable del cual nadie es capaz de poner en duda.
Cuando la veo en los móviles de los programas de chimentos, pienso en el festín que se harían esos envíos si supieran esta historia. Pero no está en mí desenmascararla. No por ella, que ni me va ni me viene, sino por mi amigo.

domingo, 19 de febrero de 2012

AMALITA FORTABAT, LA "PECADORA" QUE SUPO VIVIR LA VIDA





Siempre que alguien muere, es natural que se dejen de lado sus falencias y se destaquen sus virtudes. Sucede en todas las clases sociales. Y cuando se trata de un personaje conocido, son más las voces que se suman, incluso la de algunos que no tuvieron una relación estrecha, pero con tal de figurar se desviven en elogios para los micrófonos y las cámaras.
María Amalia Lacroze de los Reyes Oribe de Fortabat, paquetísima y multimillonaria, murió el sábado 18 de febrero a la madrugada, a los 90 años, en su lujoso tríplex de la Avenida del Libertador 2960, y como era de esperarse, las loas de amigos, conocidos, empleados y ex empleados, y beneficiarios de su costado solidario, estuvieron a la orden del día.
Yo no la conocí personalmente, aunque me hubiese gustado por su personalidad desbordante, segura de sí misma, poderosa, seductora, inteligente, glamorosa y dueña de una las tres fortunas más grandes de la Argentina entre los años 70' y pasados los 90'. Según la prestigiosa revista Forbes, estimada en 1.600 millones de dólares.
Pero en la revista "La Revista", dedicada a personalidades como ella, donde yo trabajé algo más de cuatro años, nunca me enviaron a cubrir al menos una de sus fiestas. Yo era muy "cabecita negra" para eso. El elegido, porque la conocía y admiraba hasta el hartazgo, era Alejandro Veroutis, hoy jefe de prensa de Antonio Gasalla.
Lo interesante de Alejandro no era lo que se publicaba, almibarado y sin ninguna hilacha que desentone, sino en los relatos en la redacción de lo que realmente había sucedido en las fiestas.
Amalita era en esa época demasiado poderosa y con una relación muy estrecha con el poder de turno, como para que alguien se atreviera a contar intimidades de su vida. Lo que sabían los periodistas, moría en las redacciones.
Si hay que buscarle una comparación actual, se me ocurre Marcelo Tinelli. Nadie se anima a hablar o escribir más de lo que él lo permite. Sobre todo en los temas relacionados con sus conquistas amorosas. Es que la mayoría de los periodistas lo prefieren tener de amigo para entrevistarlo o estar a su entera disposición si los llegara a convocar como productores, jurados de sus programas de baile y canto, o darles cualquier otro trabajito en su productora "Ideas del Sur".
Con la señora Fortabat ocurría lo mismo. Al ser la dueña de Radio El Mundo y por su cercanía con el Gobierno y su relación con el ámbito de la cultura, los que la trataban, lo hacían casi con obsecuencia, por las dudas les tocara ser su empleadora.
Lo que en la época de la Dictadura fue una relación comercial con el poder de facto, por ser la principal proveedora de cemento del Estado, en el Gobierno de Carlos Menem fue más allá, la nombraron Embajadora Itinerante y presidenta del Fondo Nacional de las Artes. Este puesto se mantuvo en el Gobierno de De la Rúa, pero al llegar Kirchner al poder, en 2005 Amalita se quedó sin esos cargos.
Nadie tocaba en profundidad el tema de su vida privada. Más que nada a partir de la muerte de Alfredo Fortabat en 1976 y luego que asumiera la presidencia de la empresa cementara "Loma Negra", que ella logró multiplicar por diez su tamaño original. En su viudez se volvió intocable.
Recuerdo que por su fluido contacto con los Gobiernos de la Dictadura, había entablado una relación con el coronel Luís Prémoli.
Era muy gracioso lo que ocurría por ejemplo en la revista "Gente", que la adoraba y de alguna manera se cuidaba de no incomodarla. Cuando había que escribir el epígrafe donde aparecía en una foto con Prémoli, ponían: "su amigo", "su acompañante", entre otras definiciones similares. Pero nunca "su pareja", "su novio" o "su prometido".
No sé qué habrá opinado al respecto Prémoli, quien pese a haber pasado varios años a su lado, no alcanzó a tener el reconocimiento público de la poderosa empresaria.
Mariano Grondona, amigo personal de Amalita, comentó en Radio 10 que ella misma siempre se reconocía como "una pecadora". Por eso, lo que yo pueda contar aquí, de lo cual no fui testigo, pero sí me contaron los que la trataron, me exime de ser acusada de fabuladora.
Amalia Lacroze tenía por esos años una entrañable amistad con Palito Ortega, a quien se dice, ayudó a reinstalarse en la Argentina. El cantante venía de vivir varios años en Miami, luego de perder toda su fortuna con la contratación de Frank Sinatra en 1981.
Los periodistas valoraban la amistad con Palito en las letras de molde, pero en las redacciones, daban por hecho que esa "no era una simple amistad" y que Evangelina Salazar, pese a la ayuda recibida de Fortabat, no le tenía ningún tipo de aprecio.
Otro de los comentarios que se escuchaban en las redacciones, específicamente en "La Revista", de los cuales fui testigo, era el gusto especial por los jovencitos que tenía la viuda de Fortabat. Los elegidos, se decía, solían ser favorecedores de "becas" que les cambiaban la vida.
Hay una anécdota que sirve como ejemplo. Una vez le tocó a Alejandro Veroutis tener que ir a cubrir una de las fiestas de Amalita en el edificio de Barrio Parque. Para estas ocasiones, donde los ricos y famosos "se morían" por ser invitados, eran las pocas veces que se permitía el acceso del Periodismo.
Este acceso era limitado, en una sala aparte, pero con comida y bebida a disposición. La señora era la única que autorizaba cuándo y quiénes eran los invitados con los que ella quería salir fotografiada en las revistas.
Esas fiestas solían estar "regadas" por bebidas alcohólicas. Muchas y variadas. Y Amalita no se quedaba atrás a la hora de brindar repetidas veces, sobre todo con whisky. Esos eran los momentos, que según Alejandro, la mujer no se incomodaba si alguno de los periodistas la tuteaba, como lo hacía él aprovechando la ocasión, y hasta se sinceraba sobre sus gustos por el sexo opuesto.
En esa oportunidad, Veroutis llevó para la cobertura de la fiesta a Daniel Salerno, un fotógrafo muy joven, morocho de ojos verdes y con músculos trabajados. Un lindo chico, bastante rebelde, quien lejos de ajustarse a las normas de buenas costumbres y asistir vestido con traje o al menos con un saco y corbata, se presentó con una musculosa y jean.
Alejandro lo quería matar. Sentía que por ese atuendo, los iban a echar del tríplex y se iban a quedar sin la nota. Pero sucedió todo lo contrario.
Cuando Amalita se acercó a la sala donde estaban los periodistas, se quedó impactada con nuestro fotógrafo. Además, "alegre" como estaba, se dejaba ganar por la sinceridad y cada vez se mostraba más interesada en Daniel. Según Alejandro, llegó a llamarlo a él aparte, para que "le facilite el acceso" al fotógrafo.
Salerno no quería saber nada con la señora. No le importaban los posibles "beneficios" que podría conseguir, con sólo aceptar un encuentro privado con la millonaria.
Mientras tanto, los otros fotógrafos, que no podían creer lo que veían y deseaban estar en su lugar, le decían: "Dale, aceptá pasar un rato con Amalita, que nos salvamos todos..."
Daniel no aceptó el convite, pero aún así, ambos volvieron con la nota de la fiesta que ocupó varias páginas de la revista.
La empresaria no se olvidó del joven de la musculosa. Porque en un acto que tuvo que cubrir Alejandro algunos días después, en este caso con otro fotógrafo, donde ella estaba presente, lo primero que hizo Amalita fue acercarse a preguntarle por Salerno.
No es lo único que quiero reflotar de la ex dueña de Loma Negra. También quiero destacar su espíritu solidario.
Esto no recuerdo quién me lo contó, pero me pareció digno de ser difundido. Amalita solía pasar todos los días por la Avenida Figueroa Alcorta en su auto con chofer, para ir del centro hasta su casa. En una de las esquinas, había un joven que pedía limosna. Era discapacitado motriz y se sostenía en pie, de manera muy incómoda, con un par de muletas.
Una o dos veces, la empresaria le dejó dinero y no pasó mucho tiempo en que bajó el vidrio polarizado y le pidió que se acerque para que le cuente su situación. A partir de ese momento, el joven recibió de Amalita no sólo una silla de ruedas, sino una importante suma de dinero para construirse una casa.
En el funeral, en el Cementerio de la Recoleta, el momento más emotivo lo protagonizó un ex combatiente de Malvinas. Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada, se abrazó al féretro para agradecerle el apoyo que la empresaria les brindó a los chicos que volvieron heridos de la guerra. Según el veterano, Amalita fue a visitarlos todos los días y actuó como la madre que muchos de ellos, por ser del interior, no podían tener a su lado.
Más allá de sus errores, que como humanos todos los tenemos, Amalia Fortabat fue una mujer digna de admiración. Creó un imperio a nivel empresarial, en los que además del cemento, se dedicó a la ganadería, incursionó en los medios de comunicación como Radio El Mundo y hasta se dio el lujo de tener un equipo de fútbol, "Loma Negra", donde varios futbolistas querían ser convocados porque los que jugaban allí "cobraban sueldos importantes, en tiempo y forma".
Hermosa, elegante y culta, aprendió a hablar Francés e Inglés, antes que el Castellano, porque sus padres se mudaron a Europa cuando tenía un año de vida y algunos años después volvieron a radicarse en la Argentina.
También fueron muy meritorios sus conocimientos sobre Arte, que la llevaron a tener numerosas pinturas de incalculable valor. Desde 2008, esas pinturas se pueden disfrutar en el Museo Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, que inauguró en Puerto Madero. En él hay obras de Rodin, Chagall, Dalí, Warhol, quien llegó a pintarle un retrato que se hizo tan famoso como ella, y otros artistas más de renombre.
A Amalita hay que admirarla además por haber vivido una historia de amor de novela, tal cual la que tuvo con Alfredo Fortabat, mayor que ella 27 años y casado. También por su abultada cuenta bancaria, que le permitió disfrutar de los placeres habidos y por haber. Y sobre todo, por haber hecho lo que se le dio la gana y que le saliera bien.
Que Dios la tenga en la gloria...

domingo, 12 de febrero de 2012

ENIGMÁTICO 2

Ellos fueron más tiempo amantes que pareja en matrimonio. El fracaso de la vida en común no fue el cierre definitivo de su historia de amor.
Luego del sonado divorcio de los famosos actores, cada uno inició nuevos romances.
Algunos duraderos, sobre todo en el caso de ella, y otros de una noche, como los de él. Es que la mayoría de las chicas del momento caían rendidas a sus pies.
Pero la atracción que seguían teniendo los ex, hacía que dos o tres veces por semana se produjeran los encuentros sexuales en la casa de él, en la calle Aranguren.
Después, cada uno retornaba a su hogar y todo transcurría como si nada hubiera pasado.
Yo solía preguntarle a la hermana de él, por qué estos actores no reiniciaban la relación y dejaban de engañar a sus nuevas parejas. Y ella me respondía: "porque no se soportan, no están hechos para la rutina y les gusta la adrenalina de la infidelidad".
Como él era "un tiro al aire", ninguna de sus parejas ocasionales podía aspirar a una relación más duradera. Él jugaba y ellas no tenían más remedio que aceptarlo de ese modo.
En el caso de ella, sí me daba pena la situación de su pareja, un actor que recién empezaba a ser conocido. Cuando lo veía en las revistas posando feliz a su lado, pensaba: "pobre, ¿sabrá que es cornudo?".
Ella, muy buena actriz, la entrevisté pocas veces. Y cuando lo hice, fue con otros actores, para promocionar una película o una obra de teatro.
En cambio con él siempre tuve una excelente relación. Pese a ser un tipo difícil para la mayoría de los periodistas, a mí nunca me negó una entrevista. Al contrario, siempre accedió a mi interrogatorio. Pienso que mucho debe haber tenido que ver mi buena relación con su hermana, también actriz. Y el hecho de tener un amigo en común, un fotógrafo que trabajaba conmigo.
Para mí era un placer ir a esa casa, donde luego de las fotos y la entrevista, se podía disfrutar de la música que él tocaba con sus amigos, uno de ellos un actor que años más tarde protagonizó un programa muy exitoso.
No recuerdo que los eternos amantes hayan trabajado juntos alguna vez. Hasta que a un director de cine, hoy devenido político, se le ocurrió reunirlos en un proyecto cinematográfico, cuyo título era una sola palabra.
En ese momento, los medios hablaban de la "buena química" que había en la pareja estelar, muy beneficiosa para la historia y eso "que hacía muchos años que estaban separados".
Esos comentarios a mí me causaban mucha gracia, porque yo sabía del vínculo secreto que existía entre ambos. Esto hizo que nada les costara interpretar las escenas de intimidad que tuvo la película.
La relación clandestina podría haber durado muchos más años. Pero llegó a su fin cuando él encontró a "la mujer de su vida". Una extranjera que le robó el corazón. No sólo lo hizo sentar cabeza, llevándolo al altar y formando una familia con hijos, sino que forzó una mudanza a Europa, donde aún vive y sigue trabajando como actor.

miércoles, 8 de febrero de 2012

GRACIAS FLACO POR TU MÚSICA, TU POESÍA Y TU DON DE GENTE




No imaginé que me iba a sentir tan dolida por la muerte de Luís Alberto Spinetta. Dolida como para llorar de tristeza.
Será tal vez porque tiene que ver con mi adolescencia. Con el despertar a una música y una poesía diferente a lo que conocía. Melodías únicas, maravillosas, que hicieron que lo ubicara entre un ramillete de músicos talentosos.
Lloro además porque se fue una gran persona. Un tipo que se sumó a la lucha de los familiares de los chicos que murieron en el accidente del Colegio Ecos para manejar con cuidado, sin alcohol encima. Un ser libre que hizo la suya sin joder a nadie.
En mi humilde homenaje, voy a repetir la anécdota que escribí en este blog en octubre del año pasado, que lo pintaban como un hombre encantador. Gracias Flaco por todo...en el cielo están de fiesta, otro genio acaba de llegar para brindar su música...
...................
Cuando trabajaba en la revista "Casos" de la Editorial Perfil, allá por los años 83' y 84', llegué a tener una columna sobre Rock que se llamaba "Rockasos".
No era originalmente mía, sino de un chico que renunció a la revista y como en los últimos tiempos, antes de que se fuera, la hacíamos juntos, por lógica, la heredé.
Al principio sólo se daban noticias de músicos, comentarios de discos, de recitales, y no más de eso. Pero yo le dí un vuelo diferente. No sólo amplié el panorama musical al blues, la balada, el candombe, el folklore, sino que comencé a incluir mini-reportajes a los músicos.
Eso fue lo que más me gustó. Porque pude conocer a varios artistas que admiraba por su música y que de otro modo no hubiera tenido la posibilidad de llegar a ellos.
Uno de esos músicos era Luís Alberto Spinetta, un señor del rock y por quien tenía una tremenda admiración.
Así como Charly García me daba la imagen del "loco", del "músico loco", más terrenal, más cercano a sus seguidores, el "Flaco" Spinetta representaba para mí "un prócer", distante, inalcanzable.
Por eso, conseguir una entrevista con él para mi humilde columna, se convirtió en todo un acontecimiento. Tampoco era un tipo de dar muchas notas, aún hoy es así. Entonces, era una gran oportunidad para aprovechar el tiempo que me iba a brindar.
Además, no era nada fácil enfrentar a un ídolo. Y él lo era para mí entre los músicos argentinos.
Recuerdo que pese a haber leído bastante sobre él para tener claro qué preguntarle y no quedar en ridiculo, me sentía muy nerviosa y temerosa de "meter la pata", cuando me dirigía a entrevistarlo en "Abraxas", la productora que lo representaba.
Tal vez por preocuparme demasiado por las preguntas que le iba a hacer, me olvidé de un detalle muy importante: las pilas del grabador. No reparé en que estaban gastadas y que les quedaba muy poco tiempo de uso. Casi nada.
Spinetta me recibió con mucho respeto y para no hacerlo perder tiempo, dejé de lado los comentarios triviales, normales en cada reportaje, y me dispuse a hacerle la entrevista.
Saqué el grabador y no había terminado de hacerle la primera pregunta, cuando el aparato se detuvo en seco. Yo me puse pálida. Me quería morir allí mismo.
Lo más razonable en estos casos, y más aún él que era una estrella, que me dijera: "muchas gracias y hasta luego". Pero Spinetta me sorprendió.
Tal vez lo conmoví al verme tan desvalida en ese instante. No lo sé. Con mucha paciencia me pidió que "me tranquilice, que lo sucedido no era nada del otro mundo y le podía pasar a cualquiera".
Pero no fue lo único que hizo por mí el señor Spinetta. Me anunció que iba a acompañarme a un kiosco a comprar pilas, y después volveríamos a la oficina a seguir con la entrevista. Y eso fue lo que pasó.
Bajamos a la calle, buscamos un kiosco cercano, yo compré las pilas, cargué el grabador y retornamos para proseguir con la nota.
Con mucha vergüenza le hice las preguntas y esto fue lo quedó de aquella experiencia teñida por el papelón:

"Con la serenidad que lo caracteriza, Luís Alberto Spinetta habló. Habló de sus 33 años de vida, de los 20 con la música, de su hogar apacible en una quinta de Castelar, de la libertad que no tuvo...de "la libertad que no tenemos desde hace 50 o 60 años", como dice. Habló también de su censura, de cómo fue reprimido en su adolescencia, por el sólo hecho de ser rockero. Expresó su bronca, pero también se mostró optimista. Con ustedes Luís Alberto Spinetta...
- Empecemos con "Bajo Belgrano", el elepé que estás grabando en este momento con Jade.
- Elegí el Bajo Belgrano porque es un lugar donde hay guardadas un montón de imágenes poéticas y sentimientos de libertad. El disco no cita lo geográfico, cita los sentimientos que allí fueron surgiendo.
- ¿Qué relación tiene con vos esa zona?
- Yo nací en Núñez, que está muy cerca del Bajo Belgrano y siempre lo recuerdo como una zona romántica.
- Hace algunos meses cambiaste el ruido de Buenos Aires por la tranquilidad de Castelar. ¿Qué fue lo que te impulsó a eso?.
- Yo antes vivía en Olivos donde no tenía tanto ruido. Pero más que nada quería un poco de verde.
- ¿Esa tranquilidad ayuda más a la inspiración de un músico, que estar rodeado de los problemas de la ciudad?.
- Pienso que no se puede estar ausente de los problemas y menos viviendo con una familia con hijos, donde hay siempre pequeñas cositas. Lo que creo es que aislándose y estando bien uno se consigue un grado de paz diferente. Los amaneceres o atardeceres te ayudan a reflexionar.
- Tengo entendido que tu hijo Dante sigue tus pasos en la música...
- Hice un tema que no está incluido en ningún disco, donde canta él. Pero mi intención es producirle un álbum donde pueda satisfacer todas sus inquietudes. Dante es muy rockero, le gustan los grupos de heavy metal. Ahora estoy esperando que aprenda a leer un poco mejor (tiene 6 años), para que yo le pueda escribir letras o lo haga él directamente.
- ¿Quiénes más integran tu familia?.
- Patricia, mi mujer, Catarina, de cuatro años y medio, y el más chiquito, Valentino, que va por los tres.
- ¿Cómo es la vida del Spinetta hogareño?.
- Muy normal, aburguesada, me levanto generalmente temprano, tipo 9, depende de cómo haya terminado la noche anterior, y como tengo los instrumentos y equipos en casa, allí me reuno a tocar con Jade. Fuera de eso, a veces veo televisión, escucho radio, pongo música, dibujo, la ayudo a mi mujer en algunos quehaceres, juego con los chicos. Es totalmente tranquila, sin delirios.
- Volvamos a la música...¿por qué le pusiste "Mondo di Cromo" a tu elepé solista?.
- Porque es una forma de decir "perro mundo" o "qué mundo pesado", nada más que dicho en italiano, suena mucho más "pasta molle". Lo hice pensando en la fuerza rítmica y con letras incisivas.
- Hay gente que dice que lo tuyo es más bien surrealista, que te alejás de la realidad y no ve denuncias en tus temas. ¿Qué les respondés?.
- Eso lo dicen los tipos que no han leído bien mis letras, porque desde hace bastante tiempo he venido denunciando cosas, sólo que de una manera sutil. "Las golondrinas de Plaza de Mayo" o "Jaguar herido", son temas de denuncia. Tampoco es mi intención denunciar, porque a mí me gusta la música que habla de algo sublime y a veces las vilezas pueden llegar a estropear una melodía. Pero hay un compromiso con la realidad, a través de un lenguaje depurado.
- Almendra abrió de alguna manera las puertas del rock allá por los 70'. ¿Qué diferencias encontrás con aquella apertura y ésta en materia musical?.
- Pienso que ahora las cosas están mucho más claras, medio como que el rock se incorporó a la gente, sobre todo a la gente más joven. En aquel momento estábamos tratando de hacer barullo para que nos dieran bola, en cambio ahora estamos en una posición de poder dar mejores cosas, que no sea solamente ruido para que nos escuchen. Creo que este es un momento de plenitud, que se va a afianzar más con el cambio político.
- ¿Alguna vez fuiste censurado?.
- Sí, un par de veces me censuraron presuponiendo deformaciones, es decir, como que lo que yo decía alteraba la moral y las buenas costumbres. Como ser un tema que se llama "Elementales leches", donde a algún degenerado censor se le ocurrió que traía algún tipo de acción colateral. Pienso que las restricciones que he tenido han sido sin importancia, porque justamente las cosas sutilmente puestas, no han podido ser descifradas por esos tipos.
- En este momento existe como una "fiebre" de los músicos argentinos por irse al exterior, caso Charly García. ¿Estás vos también con la misma intención?.
- Ahora no, pero yo hice un longplay en el año 79' en Estados Unidos, absolutamente todo en inglés. O sea que yo no estoy en contra de las aperturas hacia otros horizontes, porque por más que me vaya siempre voy a volver de alguna forma y es tal cual lo que va a hacer Charly. Para mí, el prototipo del argentino es el tipo innovativo, que no le gusta pasar vergüenza si sale de su país y no aquel que dice defender lo nuestro y no aporta nada nuevo, quedándose con las premisas del pasado.
- ¿Qué pensás de esa juventud que mira con tantas ganas la libertad, después de haberse criado bajo un proceso?.
- Los pibes que han vivido 6 años de represión ahora tienen 18 y entonces no han sido verdaderamente protagonistas de represiones, más que las represiones familiares. En cambio, si me hablás de 50 o 60 años de proceso regresivo, te puedo contar que cuando yo tenía 17 años me llevaban en cana porque se les ocurría. Es decir, que todos hemos vivido con las mismas ganas de libertad, porque han sido años y años de proscripciones, sin mencionar a la Guerra de las Malvinas, que afectó a la nación en su totalidad. En ninguna época en estos 50 o 60 años respiramos libertad. Me acuerdo que yo tenía 5 años cuando en el 55' bombardearon la Plaza de Mayo y estaba horrorizado al escuchar el ruido de los aviones. Por eso es hora de poner un límite definitivo a esa gente que quiere destruir este país. Son traidores a la vida, porque de esos tipos los ha habido en la Alemania nazi, en la Italia fascista, en la revolución rusa, en la revolución cubana, en la Asamblea del año 13'...siempre. Yo creo en el potencial espiritual del hombre que es lo único que verdaderamente derribará la maldad..."

Nunca más volví a entrevistar a Spinetta. Pero su actitud humilde, de un grande de verdad, no me la olvido más. Me quedó la imagen de un hombre recto, de muy bajo perfil, consciente de la realidad, pero sin ánimo de tirar petardos para hacer ruido.
Cuando hace cinco años, hizo su aparición como un simple padre, comprometido con la causa del Colegio Ecos porque uno de sus hijos estudiaba allí cuando se produjo el trágico accidente en Santa Fe, donde murieron varios alumnos y una docente, no me sorprendió. "El Flaco", doy fe, más allá de su talento como artista, es un ser humano excepcional.

domingo, 5 de febrero de 2012

ENIGMÁTICO 1

La vedette llegó al canal de Palermo con el rostro desencajado y la mirada perdida. Era la primera vez que yo la veía así, pero a partir de ese momento no fue la única. El consumo de cocaína le estaba marcando un destino sin retorno.
La jefa de prensa de la emisora ya estaba al tanto de lo que le sucedía a la bella mujer. Apenas la vio traspasar la puerta de su oficina, le dijo en un tono que intentaba ser de enojo, pero en el fondo denotaba comprensión:
- Sos loca, ¿cómo venís a trabajar así?. ¿No sabés que te podés quedar sin trabajo si te viera...(aquí va el nombre de un directivo importante del canal). Ya, andate a lavar la cara.
Y la mandó al baño.
Al rato, la vedette de cuerpo exuberante, regresó con mejor semblante. El agua fría en el rostro logró un efecto reparador. Pero la procesión iba por dentro.
La presión de la fama y de ser una especie de "moneda de cambio" de un importante empresario, la afectaba demasiado. Por eso había encontrado en la droga un modo de darle la espalda a la realidad. Como así también, le permitía estar siempre lista cuando el hombre poderoso requería de sus servicios, a cualquier hora, siempre y cuando no estuviera grabando en el canal, haciendo notas o filmando alguna película.
El millonario ejercía sobre ella un gran poder: prácticamente la tenía comprada. Era el precio que pagaba la joven por tener un buen pasar, que ni la televisión ni el cine, alcanzaban a darle.
El empresario le había regalado un auto último modelo, que le cambiaba cada año o en menos tiempo, si el vehículo sufría algún percance. También le había prestado un departamento con todos los lujos, donde solía quedarse a dormir con ella. Y donde ella recibía a los hombres que él le enviaba.
Muchos de los negocios que el adinerado personaje cerraba, contaban con "un regalito" extra. La chica era muy llamativa, al verla en televisión, la mayoría de los hombres "morían por ella". Por eso que les dijeran: "andá a ver a... a esta dirección... que te está esperando", por más rico que era el empresario, el deseo de la carne era más fuerte. Ninguno se negaba a un encuentro con una de las vedettes del momento.
Así era la vida de esta joven, quien de a poco fue desapareciendo de la escena. Si bien luego de estar en ese canal pasó a otro, donde participó de una comedia muy exitosa y de algunas películas pasatistas, poco tiempo después no volvieron a llamarla para trabajar.
Ahora nadie habla de ella. No se sabe dónde está, de qué vive y cómo se encuentra físicamente. Una lástima, porque más allá de su ambición desmedida que la llevaba a prostituirse y en consecuencia, a "matarse" con la cocaína, era una pobre mujer.