sábado, 26 de enero de 2013

JUAN RODÓ, MARAVILLOSO "DORIAN GRAY"



No soy de ir mucho al teatro porque el tiempo no me lo permite, pero pago lo que sea por las comedias musicales de Pepe Cibrián Campoy, siempre y cuando el protagonista sea Juan Rodó, el mejor barítono de la Argentina y una de las excelencias vocales del mundo.
Cuando volví de vacaciones me enteré que habría dos obras en la calle Corrientes de la dupla Cibrián- Malher. Pero a la hora de elegir, opté por "Dorian Gray", repuesta después de su estreno en 2005, y nuevamente con Rodó en el papel estelar del personaje creado por Oscar Wilde.
Reconozco una vez más que mi fanatismo por "Drácula, el musical", con Rodó como único protagonista, es eterno. La vi 13 veces desde su estreno en el Luna Park en 1992 y la vería cien veces más.
La elijo como la mejor comedia musical que vi en mi vida. Hasta ahora no encontré otra que la supere. Y mientras este artista lírico increíble siga siendo la figura, sé que mi idolatría no cambiará.
Pero como admiro enormemente la obra de Pepito, un laburante talentoso, digno de todos los halagos, digo presente en sus nuevas representaciones.
No vi "Dorian Gray" en su versión anterior, así que compré la entrada con mucho entusiasmo "lo más cerca posible del escenario", para admirar el espectáculo y contemplar sin cabezas que me lo atajen al gran Juan Rodó como el personaje central. Me tocó fila 3, asiento 12 de la función de las 19.30 del sábado 19 de enero.
Me llevé la cámara para registrar algo de la obra, pero como soy bastante obediente, le hice caso al señor del micrófono, que antes de subir el telón, pidió que nadie fotografíe ni filme porque "se le iba a retirar el material".
Para evitar el papelón, guardé la cámara hasta el saludo final, porque supuse que a esto no lo iban a retener. Sin embargo, aún con temor de ser descubierta, comencé a filmar de manera incómoda. Eso explica por qué los actores me salieron de la mitad para arriba del cuerpo y algunos hasta sin cabeza.
Sólo el video del ingreso al escenario de Pepe Cibrián Campoy y Ángel Malher, para participar del saludo final, me salió un poco mejor. Un poquito, para ser sincera...
Pido disculpas entonces por mis videos y foto movidos y con artistas "descuartizados". Al menos cumplen con la premisa de ser una simple referencia de la respuesta del público que llenó en un 80 por ciento la sala en esa función, ante un gran espectáculo, que obligó a los artistas a saludar en cinco oportunidades. Y que finalizó, cuando el telón estaba a punto de llegar al suelo, con Juan Rodó que pasó por debajo, saludó solo en la penumbra y al regresar donde estaban sus compañeros, se resbaló hasta  terminar desparramado en el escenario. Un simpático blooper del artista que sólo quedó en mi retina.
Me pareció muy apropiado que como en la primera versión, la orquesta dirigida desde el piano por Ángel Malher, estuviera sobre el escenario, para poder palpitar desde la platea el compenetrado trabajo entre los cantantes y los músicos.
Confieso que las primeras canciones y el baile no llegaron a convencerme. Hasta que hizo su ingreso el enorme Rodó, con su voz y porte imponentes, y todo cambió. Su interpretación magnífica me introdujo de inmediato en la historia del hombre que quería permanecer joven y hermoso para siempre, al extremo de vender su alma al "Innombrable" para conseguirlo.
Es admirable el crecimiento también como actor de este cantante lírico, que sumado a su voz única y maravillosa, obliga a sus compañeros a redoblar sus esfuerzos para intentar ponerse a su altura.
Desde el instante de su aparición en escena, comencé a disfrutar. Encontré placer en la música, en las canciones, en la interpretación de los artistas, en el vestuario, en las coreografías, en el sorprendente efecto de la decrepitud de la vida humana reflejada en la pintura de Dorian Gray y hasta en el peinado de Juan Rodó, diferente y mucho mejor que en la primera versión.
Sin conocerlo, adoro a Pepe Cibrián porque es un animal del espectáculo. Animal en el buen sentido de la palabra. No critica a nadie, no busca la polémica. Sólo busca la excelencia de sus obras, gracias a una minuciosa elección y entrenamiento de sus elencos. Y los resultados están a la vista cuando se levanta el telón.
Además, tiene la virtud poco habitual en nuestra fauna artística, que es la de ser muy agradecido. Da gusto escucharlo en las entrevistas refiriéndose con un afecto inconmensurable hacia el público que paga las entradas por ver sus obras y el agradecimiento que pone de manifiesto por sus artistas.
"Dorian Gray" es una comedia para disfrutar y para volver a ver. La recomiendo como una simple espectadora que pagó su entrada. Sin compromiso de ningún tipo.
Pero a modo de mensaje lanzado al espacio, que por ahí por milagro llega a oídos de Pepito, no le pido que deje de producir nuevos espectáculos. Al contrario, celebro su creatividad interminable. Sólo que reponga cada uno o dos años, y aunque más no fuere por tres meses, "Drácula" protagonizada por Juan Rodó. Miles de fanáticos le estaríamos muy agradecidos...

3 comentarios:

Yayi Villegas dijo...

Sólo una persona me habló de mi escrito. Y por suerte bien. Fue Esteban Mirol, quien me dijo que coincidía con mi comentario porque también había visto "Dorian Gray" y era un admirador de los espectáculos de Pepito Cibrián y de la voz de Juan Rodó. Así que por ese comentario, sentí que valió la pena haberlo producido.

Unknown dijo...

Esteban Pehuen Roldan: ya paso un buen tiempo desde que escribiste esto pero no podia dejarlo pasar, la obra aun hoy permanece en mi retina y mis oidos, yo tampoco soy de ir con frecuecia a los teatros pero se muy bien que cuando lo ago estoy en paz y por un momento olvido que alguna vez senti tristeza y o rabia, yo tampoco vi la version original pero la oi varias veces en cd, yo entre temblando de ansias y sali temblando de emocion, la obra es EXCELENTE con lugar para reir - emocionarse - enojarse - reflexionar, luego de Dracula Dorian es sin duda mi preferida, la unica contra (que casi no significa nada) fue que quitaron algunos temas, sin duda el momento en que Rodo entro en escena fue como un extraño (se me erizo la piel ej) ensima como llegue mucho antes tuve el honor de saludarlo cuando entraba al teatro, Dorian Gray fue (sin duda) uno de los momentos mas inolvidables de mi vida (al igual que cuando vi al Jorobado al mes siguiente), asi como lo fue de bebe de pecho cuando escuche por primera vez la musica de Dracula en cassette (con el MEMORABLE Pehuen Naranjo de Hellsing), hoy con 20 años la oigo y siento lo mismo que en aquel momento (como con todas las obas)

Yayi Villegas dijo...

Gracias Esteban por tu comentario. Adoro Drácula y todas las comedias musicales de Pepito Cibrián, siempre y cuando estén protagonizadas por Juan Rodó. Es insustituible. Saludos.