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domingo, 3 de marzo de 2013
UNA FOTO, UNA HISTORIA...CON GRANDES MÚSICOS
Desconozco la fecha de la foto. Sólo sé que fue tomada en 1984, cuando trabajaba en la Editorial Perfil, específicamente en la desaparecida revista "Casos" y tenía a mi cargo una sección sobre Rock, "Rockasos".
Allí están Patricia Sosa, líder en esa época del grupo "La Torre", Alejandro Lerner, un solista que comenzaba a destacarse, y Rubén Rada, el uruguayo que poco a poco había ido ganando un espacio en la Argentina.
Cuando llegué al semanario, fui una colaboradora de otro chico que hacía de antes esta columna. Pero cuando él renunció, me hice cargo sola y lo que era un pequeño sector de una página de la revista, se convirtió con el paso del tiempo en una página completa.
A las noticias sobre músicos, discos, recitales y todo aquello que tuviera que ver con el Rock, le fui agregando datos sobre Folklore, Blues, Jazz y varios ritmos latinoamericanos. Pero lo que más me gustó fue añadirle pequeños reportajes a los artistas.
La mayoría de las veces los citaba a la editorial y lejos de todo divismo, concurrían a hablar de sus proyectos, y en otras, iba yo a entrevistarlos donde les resultara cómodo.
Como lo demuestra la foto, aquí las figuras, que iban a participar de un festival de música, no tuvieron ningún inconveniente de acercarse a conversar conmigo. Los reuní en una de las oficinas de la editorial.
Mientras Patricia se sonreía para la cámara, el negro Rada respondía a una de mis preguntas, ante la mirada atenta de Alejandro Lerner. Y yo grababa la entrevista con un grabador a cassette que me acompañó por mucho tiempo.
De todos, al único que vi esa única vez fue a Rada, porque a Patricia, con su marido Oscar Mediavilla y el resto de sus músicos, los crucé en varias oportunidades. Pero fue con Alejandro Lerner, con quien tuve mejor relación porque a la par que crecía en su carrera, le fui haciendo notas en todas las demás revistas donde trabajé.
Yo era un poco hippie en esa época. Usaba chalecos y suéters con guardas, y con dibujos indígenas. También pulseras tejidas y de muchos colores. Tenía el pelo con rulos. Y escuchaba mucha música progresiva y rock internacional.
Era lo único que había adoptado del hippismo. Nunca tuve curiosidad por fumar marihuana, ni probar la cocaína. Elegía sólo lo sano de esa vida, como andar en bicicleta.
Tenía una roja, desplegable, con la que recorría toda la ciudad, esquivando los autos, aunque por fortuna nunca tuve ningún accidente. Y cuando iba a la revista, la subía hasta la oficina, que estaba en el segundo piso de un edificio en Sarmiento casi Cerrito, y la estacionaba en la entrada.
Era un momento lindo, con una Democracia incipiente, que hacía que se respiraran aires de libertad.
Los músicos podían decir lo que quisieran en las notas y nadie los iba a perseguir. Tampoco a mí por haberlos entrevistado. El Rock Argentino estaba en la cresta de la ola y era maravilloso asistir a cientos de recitales, para disfrutar en vivo de la buena música.
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1 comentario:
Aunque nadie me lo escribió en este sector, varias personas me felicitaron por la idea de la foto, porque abre la posibilidad de contar distintas historias. Gracias a todas esas personas que me alentaron en esta nueva sección de mi blog.
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