Un sitio donde reflejo los momentos buenos, malos, emotivos y graciosos que me han tocado vivir
domingo, 14 de agosto de 2011
MIS GATITOS QUERIDOS
Desde principios de 1994, se profundizó mi conexión con los gatos, mis animales favoritos.
Un desengaño amoroso, el peor de mi vida, lo pude curar gracias a la llegada de "Pilito", el primer felino que tuve en Buenos Aires. En casa, porque gatos en la calle y en Canal 9, tuve siempre. Y en Jujuy, desde mi infancia.
A "Pilito" me lo regaló mi tía Teresa y con él aprendí a convivir con alguien como si fuera un hijo. No voy a extenderme demasiado, pero fue mi gran compañero. Crecimos juntos. Él de manera natural, de pasar de ser un pompón que cabía en la palma de mi mano a convertirse en un gato más gordo que Garfield. Y yo a romper con los recuerdos dañinos, para comenzar una nueva vida. Solitaria, es cierto, pero fuerte ante el dolor por no haber encontrado nunca reciprocidad en cuanto a mis sentimientos con una pareja.
Fue el único gato al que llevé de vacaciones. Dos veranos estuvo en Jujuy, disfrutando de las mariposas, los pajaritos, las flores, pisar tierra, todas cosas que nunca antes había vivido.
"Pilito" murió hace seis años en plena mudanza. Su corazoncito no resistió el stress de tener que dejar el departamento donde vivió siempre, para llegar a un lugar nuevo.
Aún no pude superar la tristeza por su partida. Y cada vez que lo recuerdo, se me llenan los ojos de lágrimas.
A "Pilito" se sumó "Mira", mi única gata de raza. Es una angora turca, blanca y de pelaje muy suave. Salvo en la carita más alargada, es una copia de su mamá, "Luly", a quien rescaté del viejo Canal 9, en la calle Gelly, después de la mudanza del personal al actual edificio de Dorrego y Conde, y antes que fuera demolido.
En realidad, era "Luly" a quien quería en casa. Sin embargo, cuando llegué con ella, "Pilito", hijo único y mimado, la odió. Estaba enojado conmigo y con ella a la vez. Me gruñía todo el tiempo. Por eso le pregunté a mi tía si no quería llevársela. La idea era probar si era posible la convivencia de la gata con su perro. De lo contrario iba a volver a casa. Y como no hubo inconvenientes, "Luly" se quedó con mi tía.
Lo que ella ni yo sabíamos era que la gata estaba preñada. Cuando nacieron los gatitos, y como yo era la "culpable" de habérsela regalado, tuve que hacerme cargo de uno de sus hijos. Yo elegí a la gatita porque era casi igual a su mamá. La bauticé "Mira".
Para que "Pilito" no me odie, fue la tía quien me la trajo. Aunque la relación entre ambos siempre fue tirante, se terminaron soportando sin llegar nunca a ser amigos.
"Mira" era al principio una gatita difícil de dominar y peor se puso cuando entró en celo y el único gato que había en casa estaba castrado.
La solución para su carácter se produjo cuando también ella fue esterilizada. Se volvió desde entonces una gatita muy mimosa. Actualmente busca la caricia y cuando me siento frente a la computadora, viene a dormir en mi falda.
"Mira" es la que me despierta los fines de semana. Como está acostumbrada a verme dormir tan poco durante la semana, los sábados y domingos, si ve que son las 7 y no me desperté, me camina en la cabeza y me da hocicazos, hasta que abro los ojos y la abrazo. Y así nos quedamos abrazadas un ratito, mientras ella ronronea, y luego me levanto.
"Mira" no es muy amigable con el resto de los gatos. Sólo se lleva bien con "Milly", con la que suele dormir y comer juntas. Sin embargo, cuando no está de buen humor, la pobre "Milly" se liga algún cachetazo.
Es que "Mira" sabe que es la reina de la casa y se comporta como tal.
Las nuevas incorporaciones gatunas fueron las hermanitas "Alish" y "Milly". La primera, blanca y negra, y la segunda, completamente negra y muy peluda. A éstas me las trajo mi tía. Las había encontrado, recién nacidas, abandonadas en la Plaza Garay. Como no quería, hasta ese momento, tener tantos gatos, me pidió que las adoptara. Y aquí encontraron su hogar.
"Pilito" tuvo que soportar la llegada de más gatos. Pero ya no se molestó tanto. Contrariamente a lo sucedido con "Mira", él les tomó cariño. Las chicas solían dormir con él y mi gatito se sentía muy a gusto, y las lamía en la cabeza.
De las dos, fue "Alish" quien se convirtió en su favorita. Yo le decía "la secretaria de Pilito", porque vivía todo el tiempo a su lado. Lo que más me sorprendía, era cuando se trepaba a su lomo y le hacía masajes. Y mi "Pilito" desbordaba de placer.
Cuando "Pilito" murió, si bien todos sintieron su muerte, fue "Alish" la que más sufrió. La escuchaba maullar, con un maullido triste, como si lo llamara, y lo buscaba en todos los rincones. Hasta que sola, se dio cuenta que "Pilito" no volvería nunca más.
"Alish" que también fue irascible de pequeña, también se volvió mimosa después de la castración. Lo mismo ocurrió con su hermanita, aunque ésta siempre, incluso hasta la actualidad, es la menos apegada de todos. "Milly" tiene unos arrebatos que causan risa y sorpresa a la vez. De pronto sale corriendo, llevándose todo por delante y siempre termina escondida debajo de la cama.
Con sus uñas filosas terminó por destrozarme dos sillones. Por el hábito de afilarlas, fueron volando la tela y la goma espuma, y aunque están impresentables, yo no los tiraría, porque a ella la hacen feliz. Y como yo no recibo más visitas que las de mi tía y de mi hermano cuando viene de Río Gallegos, no me preocupo por tener una casa a merced de mis felinos.
A "Milly" no le gusta que la levanten en brazos. Pero cuando estoy sentada o en cama, le encanta "amasar" mi falda con sus patitas delanteras, hasta que me clava sus uñas afiladas y la saco lo más delicamente posible de mi lado. Porque a veces me lastima. De todos modos, la perdono, como perdono todas las travesuras del resto de "mis hijos".
En Canal 9 había un gato de color marrón oscuro, negro y blanco al que le encantaba estar adentro de la redacción. Solía dormir sobre la madera inferior de una de las mesas de los televisores.
Sin embargo, más allá del que entonces Productor Ejecutivo, hoy Director de Noticias de Telenueve, Emilio Giménez Zapiola, le gustan los gatos, varios de mis compañeros no lo toleraban. Se enojaban conmigo, porque creían que yo lo llevaba. No era así. Cuando nos mudaron de un sector a otro dentro del canal, el gato ya dormía allí.
Pero como a alguien había que culpar, sobre todo porque yo lo defendía cuando iban a pegarle, cargué (y no me arrepiento) con todos los insultos y amenazas.
No quería que "Pilito" sufriera ante la llegada de un gato más y que éste animal se convirtiera en el blanco de los ataques, no sólo de mi minimo favorito, sino también del resto de la tropa que respondía a sus designios. Sin embargo, llegué a la conclusión que debía salvarlo y me lo llevé a casa.
Hasta ese momento, aunque tenía cara de gato, yo creía que era gata porque no tenía testículos y lo llamé "Moira". Pero el pobre "Moira" había sido castrado, junto a otros animalitos, por una empleada del canal que también los adoraba.
Aún así, seguí llamándolo "Moira", si al fin de cuentas Carlitos Jiménez también es un hombre y le dicen "La Mona".
"Moira" vivió muchos años semiescondido, primero en la cocina del anterior departamento, y después debajo de un mueble, en mi vivienda actual. Es que "Pilito" lo maltrataba si lo veía, y cuando me mudé, ya sin "Pilito", fue "Cocó" el que lo obligó a vivir en el ostracismo.
Hasta que este año, "Moira" decidió liberarse y aunque sigue teniendo sus peleas con "Cocó", duerme ya sea en un almohadón que está pegado al placard o en uno que le regalé hace poco y que queda al lado de una de mis mesas de luz.
A los hermanitos "negros" también los traje de Canal 9. La madre, que vivía en el patio de la emisora, no los quiso poco días después de parirlos. Y los pobrecitos, un gato y una gata, andaban desesperados de hambre y de afecto.
En un momento bajaron desde el patio por las escaleras hasta la redacción,y al verlos corrí a socorrerlos. Como siempre llevaba conmigo sobrecitos con alimento para gatos, les dí de comer y se quedaron encantados. Porque realmente estaban hambrientos.
Ante la mala cara de algunos compañeros, los saqué al patio. Pero ellos sólo querían quedarse conmigo y volvieron a bajar. Antes que los demolieran a patadas, tal como me lo anticiparon algunos "compañeritos", tomé la decisión de traerlos a casa.
Como eran chiquitos, una caja con agujeros fue suficiente para el traslado. Y en un taxi viajé con los nuevos integrantes de mi familia gatuna. Todavía vivía en el departamento de la calle Virrey Cevallos y Belgrano.
A la gatita la llamé "Bamby", aunque después siempre le dije "Bambita". Y al gato, que terminó siendo el triple de tamaño que su hermana, lo bauticé "Cocó", o "Coquito", como también le digo.
De "Bambita", un sol de animal, ya me referí el año pasado, cuando conté su muerte anunciada por un tumor de páncreas, en este blog. Por eso me voy a explayar sobre "Cocó", quien de un tiempo a esta parte, se convirtió en el capo de la casa y en mi preferido.
Así como suele ser malo con el resto de los gatos, sobre todo con "Moira", "Mira" y "Martín", conmigo es el más mimoso de los animales.
Cuando no le hago una caricia, comienza a maullar y a dar vueltas a mi alrededor, para que le pase la mano por el lomo y la cabeza. Pese a que es enorme y pesado, le encanta que lo levante en mis brazos y lo traslade de esa manera, mientras mira todo a su alrededor.
Cuando me acuesto, "Coquito" se acomoda sobre mi pecho, hasta que se aburre o me duermo. Entonces se corre y se duerme al costado de mis piernas.
Las gatitas que "Cocó" quiere son "Milly" y "Alish". Esta última, luego de haber sido la preferida de "Pilito", ahora pasó a serlo de "mi negro".
El último gato en incorporarse a mi vida, fue "Martín". Como ya lo conté en este blog, lo rescaté de una terraza frente al edificio donde vivo. Estaba muriéndose por deshidratación e inanición, ya que había quedado atrapado por varios días sin poder salir.
Gracias a la ayuda de un grupo de proteccionistas que obligó al dueño a venir a abrir la puerta del edificio y a mi propósito de sacarlo de esa prisión de cualquier modo, fue que "Martín" pudo salvarse. Y tal como se lo había prometido a las proteccionistas, me lo llevé a casa.
Sé que "Martín" extraña a veces la calle, porque suele pararse a maullar frente a la puerta, pero sabe que aquí tiene comida, un lugar cálido donde dormir y mi constante cariño.
"Martín", como le puse porque se me ocurrió en el momento, era bastante salvaje cuando llegó. No se dejaba acariciar. Te gruñía. Sin embargo, con el tiempo se fue dando cuenta que yo no era su enemiga, sino todo lo contrario. Y comenzó a reclamarme mimos cuando paso a su lado. Y eso me encanta.
"Cocó" y "Alish" son los que lo pelean y a quienes reto apenas los veo en esa actitud. Más allá de estas contrariedades, "Martin" entiende que consiguió un hogar, cuando lo más cerca que le quedaba era la muerte.
Cada uno con su propia historia, estos son "mis hijos", los animalitos con los que comparto mi vida, los que suavizaron mi carácter, los que me brindan cariño, los que me quieren tal cual soy y a los que no abandonaría por nada del mundo. Por eso le agradezco a Dios que no aparezca ningún hombre que me obligue a elegir entre él y los animales. Porque sé que los elegiré a ellos. Después de mi familia, mis gatos son mi prioridad.
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4 comentarios:
Exelente semblanza gatuna!,van los saludos de:Pelulo-Carucha-Neglazo-Cascarita-Oleja-Dubio-Cogotito-Panza-Sarnita-Gurisa-Flacuchina-Ciruja-Tikito-Uste-Gurisita(Mis gatos)Catalina(Mi perra)y Rola(Mi lora)...y el recuerdo de los muchos que pasaron y ya no estan.....SALUD!
Los míos te agradecen los saludos: Miau, miau, miau...Un brindis imaginario por los animalitos que ya no están y nos dieron tanto amor. Cariños, Sergio.
Vivo en una casa en Flores y en la casa lindera vivìa un hombre mayor con 30 gatos.
Yo habìa hecho una denuncia en el CGP pero nunca pudieron hacer nada porque era propiedad privada.
El tema es que la casa ahora està deshabitada porque el hombre muriò y con los gatos sòlos, en estado de abandono y la casa quedò tapeada, supongo para que nadie la ocupe.
La casa quedò asì creo yo hace casi dos meses y enviè mails al GGP, al postulante a comunero del GP Nro7 que corresponde a esta casa, a Protectoras de animales e inclusive al propio jefe de Gobierno , Mauricio Macri, nunca tuve respuesta.
Se ve que algunos animales salen a buscar comida, otros comeràn ratas y otros se habràn ido porque veo muchos menos, tal vez 11 o 15 gatos.
El tema es que el estado de los gatos es alarmante y el otro dìa se pasò uno a mi casa , que parecìa morirse y despuès de alimentarlo, al dìa siguiente se fue y no lo vimos màs.
Cada tanto mi familia y yo les tiramos desde el balcòn de mi casa comida porque ya no sabemos que hacer, pero tampoco podemos hacernos cargo.
La casa donde estàn los gatos està ubicada en Bogotà 2541, entre Bolivia y Artigas en Flores.
Tambièn es una propagaciòn de infecciones hacia mi familia y considero que se debe hacer algo por los gatos abandonados y tambièn por la salubridad de la comunidad.
He llamado a un teléfono que corresponde a la oficina de Mary Antúnez, del gobierno de la ciudad y desde el 1 de setiembre hablé y expuse el problema, pero me han comunicado que es propiedad privada y que no pueden tirar abajo la entrada, que de todos modos lo iban a consultar y me iban a llamar .Me dijeron que si veìa a la familia hablara con ellos para ver si podìa acceder a la vivienda, pero yo no tengo ningùn dato y no parece que quisieran volver porque levantaron un muro en la entrada.
A partir de este pedido, se subió por facebook y por mails esta información y como 100 personas están hablando de este tema y tratando de ayudar. Las instituciones no dan respuesta, se necesita tránsito para estos gatos porque sino todos van a terminar enfermos o muriendo, como ya se detectaron algunos.
Por todo lo expuesto solicito ayuda, porque tal vez esta situaciòn se mantenga por años.
Te adjunto una foto de los gatos y el estado en que se encuentra la casa (la foto esta adjunta y también acá esta el link): http://imageshack.us/photo/my-images/841/foto1oa.jpg/
Lamentablemente, creo que esto tiene que tener una difusión más fuerte para concientizar a las instituciones y a las personas.
Muchas Gracias, Liliana Magariños - Por favor responder a lilitamag@yahoo.com.ar
Liliana: Haré todo lo posible por esos animales.
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