Volví a ver "Drácula", creo que por 13° vez, porque perdí la noción del tiempo en que disfruté de este maravilloso musical creado por Pepe Cibrián Campoy y Ángel Mahler hace ya 20 años...
Sé que las imágenes que registré no son las mejores. Pero tengo la excusa de la emoción y de aplaudir a la vez que filmaba. Y también por la linterna con una potenta e incómodo luz roja con la que los acomodadores marcaban desde los palcos a quien pretendiera tomar fotografías o grabar alguna secuencia de la obra.
Desde que compré la entrada hace más de un mes, cuando apenas se pusieron a la venta en el Teatro Astral, comencé a contar los días en que me sentara en la fila 3, asiento 8, para observar de tan cerca la labor de verdaderos artistas.
No soy la única que considera que es el mejor espectáculo musical que se hizo en la Argentina. En estos años la vieron en este país, Brasil, Chile y España, más de medio millón de personas. De las cuales, varias como yo, la disfrutaron en cada reposición. Y no una sola vez.
Mi fidelidad y amor eterno hacia "Drácula, el musical", se debe en parte a que asistí hace 20 años a su estreno y hasta estuve en el cóctel de presentación.
Recuerdo a un Pepe Cibrián dialogando con todos los medios. Y en un rincón, ignorados, a Juan Rodó, Cecilia Milone y Paola Krum, quienes tras el estreno, se ganaron un lugar preponderante en el espectáculo nacional.
También me acuerdo que me sorprendió la remodelación especial que se le hizo al Luna Park, un escenario identificado con el boxeo y con recitales de grandes artistas internacionales como Frank Sinatra, Liza Minnelli, Silvio Rodríguez y Mercedes Sosa, entre otros.
Nunca, ni aún ahora, "Drácula" tuvo el despliegue escénico del Luna Park.
Tito Lectoure y su tía Ernestina, dueños del llamado "Palacio de los deportes", pusieron todo el edificio al servicio de una obra nueva, creada por gente nueva como Pepito, del que sólo se sabía que era hijo de dos grandes actores como Ana María Campoy y Pepe Cibrián, y Ángel Mahler, un músico conocido sólo por sus pares. Y actuada también por gente nueva: un barítono de La Plata y profesor de canto como Juan Rodó y dos chicas lindas que se decía "cantaban y actuaban muy bien", como Cecilia Milone en el papel de Mina y Paola Krum, como Lucy.
Pero el gran Pepito, que logró contagiar con su sueño a Lectoure, sorprendió a todos con su obra maestra. Así nació la comedia musical en la Argentina.
Nadie antes había intentado animarse a ese género tan propio de Estados Unidos e Inglaterra. Y él lo hizo con un musical único. Pese a que la historia del vampiro es conocida en todo el planeta.
Pepito tuvo la gran idea de hacer de "Drácula" un hombre enamorado. Un monstruo malvado por los siglos de los siglos, pero con ese aditamento del "amor" que lo hacía casi humano. Y hasta querible.
Para lograrlo, no sólo contó con la música increíble de Ángel Mahler, sino con la interpretación inigualable y sublime de Juan Rodó. Todas nos enamoramos de ese "Drácula" de voz cautivante y de una presencia escénica impresionante.
A todo eso, Cibrián Campoy, le agregó un elenco brillante de cantantes y bailarines, elegidos en un durísimo casting. Y de una puesta de luces y escenografía, nunca antes vistas.
La escena de las telas blancas agitándose al viento, con bailarines corriendo como si bajaran de una montaña, es una imágen que cautivó a los cinco mil espectadores que asistieron al estreno en agosto de 1991 y a todos los demás que llenaron el Luna Park en 40 funciones.
También el truco del espejo, con el perfil perturbador del hombre milenario sediento de sangre humana. Y el del final, tan aterrador y sorprendente, en una época donde sólo en las películas estadounidenses podían contemplarse escenas de este tipo.
Había nacido la leyenda de "Drácula". El "Drácula", de Cibrián- Mahler.
La dupla hizo varias comedias musicales que también fueron éxito como "Calígula", "El jorobado de París", "Otelo" y varias más, pero ninguna alcanzó el grado de fanatismo que despierta "Drácula".
Por eso, cada vez que decidió reponerla, se convirtió en un éxito de taquilla. En 1992, repitió la historia en el Luna Park y luego la llevó a Santiago de Chile. En 1993, estuvo en el Teatro Radio City de Mar del Plata. En1994 volvió al Luna Park.
También en ese año, la presentó en Barcelona. Después pasaron tres años, para que retornara al Luna Park. En el '98 y el '99, "Drácula" estuvo sólo de gira por la Argentina y el exterior. En el 2000, volvió por última vez al Luna Park.
En ese año fue a San Pablo, Brasil. En 2003 debutó en el Teatro Ópera, donde volvió a presentarse en 2007. Esa fue, hasta ahora, la última vez que estuvo en escena.
Cómo me la iba a perder, con esa publicidad tentadora de "nuevas escenografías, vestuarios y escenas esclarecedoras de la historia, que se cortaron del texto original". Y la presencia infaltable de Juan Rodó.
Disfruté desde mi ubicación privilegiada, desde la primera hasta la última escena. Como así también del conmovedor saludo final, con Pepito, Mahler y su hijo Damián, a cargo ahora de la dirección orquestal, en el escenario, saludando a una platea, palcos y superpullman, aplaudiendo de pie y con lágrimas en los ojos.
Después de ver a tanta gente en la televisión, que triunfa por "mostrar una teta", "pelearse por pavadas", "salir con jugadores y contarlo como si fuera una hazaña", "estar encerrados en una casa sin hacer nada y hablando estupideces", "decir las peores guarangadas" o ser un símbolo de la incoherencia como Zulma Lobato, a quien, pobre, le hicieron creer que era artista, no me queda más que elogiar hasta el hartazgo a Pepe Cibrían y compañía.
Pepito fue el descubridor de las figuras que hoy triunfan, pero por su talento. Y eso es lo que vale. El artista es el que estudia, se sacrifica por su profesión. El que emociona y te hace creer lo que está contanto con su actuación. No el "caido del catre", que se esfuma con la aparición de un nuevo mediático.
En esta nueva versión de "Drácula", me encontré con gente muy joven y talentosa. Desde Candela Cibrián, de 20 años, los mismos que la obra, sobrina de Pepe, pero que según el mismo Cibrián, se ganó el papel de Mina, tras varios castings en los que él no intervino, sino que la elección se la dejó a Ángel Mahler.
Luna Pérez Lening, otra chica jovencita, que deslumbró con su rol de "Lucy". Al igual que Leonel Fransezze, con una voz sorprendente como "Jonathan". Y los no tan jóvenes Adriana Rolla, como "Nani" y Germán Barceló en el papel del "Doctor Van Helsing".
Pero no fueron los únicos. Entre el elenco de cantantes y bailarines, ninguno desentonó y hasta se ganaron sus buenos aplausos y risas del público, como Diana Amarilla, una posadera que quería "algo más" que proteger al desvalido Jonathan. El cochero, Emilio Yapor, con una voz preciosa. Y un chico de 16 años, que creo es Ezequiel Rojo, que me encantó como "mascota" y como el marinero loco. Una maravilla descubierta en sus rigurosos castings por el enorme Pepe.
Cualquiera diría que me pagaron para tanto elogio de "Drácula". Nada que ver. Tampoco estoy en la crítica de espectáculos, que muchas veces es acordada por una cuestión "de amistad". Escribo desde la posición de una espectadora que se deja llevar por la belleza de la puesta y el trabajo indiscutible de los artistas.
Más allá del día del cóctel en 1991, nunca hablé con Pepito. Menos conozco a Ángel Mahler. Me confieso una enamorada del talento y del esfuerzo. Del talento creativo y del interpretativo. Sólo eso.
Pero eso sí, nunca me cambien a "Drácula". Juan Rodó es el único que puede vestir ese traje. Él es el genio. Él es el elegido.
2 comentarios:
No puedo creer que nadie haya tenido algo para decir de la obra maravillosa comedia musical de Pepito Cibrián. Será que no todos son tan fanáticos de "Drácula" como yo. Si alguien tiene algo para decir, los espero aquí.
Hola! Fantástico tu escrito sobre Drácula. Te cuento que yo estuve seleccionado para formar parte del pre elenco de "Drácula 20 años" pero por cuestiones personales no pude seguir en él, una lástima. Pero sigo desde mi humilde ciudad de San Juan los pasos artísticos que, quién dice, me llevarán algún día a la altura de un Ángel Mahler o un Pepito Cibrián.
youtube.com/musicpaulsebastian
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