domingo, 29 de mayo de 2011

SU MAJESTAD, EL FÚTBOL




En el país de la Monarquía, Lionel Messi se coronó Rey. Rey por mérito propio y no por dinastía como la Corona Británica y las demás Coronas del mundo.
Él y su equipo, el Barcelona, representan al buen fútbol. A este equipo catalán se lo considera imbatible en el terreno de juego, pero por sobre todo porque hace del fútbol una fiesta. "Un espectáculo p'al ojo", como se diría en criollo.
Aunque me gusta el fútbol, normalmente no lo miro. Lo escucho. Pongo el televisor, mientras realizo la limpieza de mi hogar y cuando hay un gol, me corro para ver la reiteración.
A River Plate, que me hace más sufrir que disfrutar, lo veo de vez en cuando. Es que el fútbol argentino es bastante aburrido, salvo algunas excepciones.
Mucho pelotazo y esa mala costumbre de jugar para atrás. Así es imposible hacer goles, que son la esencia de este juego maravilloso.
Lo peor es que ese parece ser el manual que utilizan la mayoría de los directores técnicos. A veces me pregunto si no se les da por imitarle mínimamente al Barcelona.
Es cierto, el talento que hay en el equipo catalán no se encuentra por estos lados. Pero si se probara de tocar un poquito más la pelota. Un pase aquí, otro allá, de vuelta acá, otro más y gol. Conseguir eso es una preciosura, que bien vale la plata de la entrada de los que la pagaron y también del entusiasmo de la gente que lo ve desde un sofá.
Me harta el dibujo 4-4-2 que usan los técnicos. De ese modo, todos atrás, pegados al arquero, es imposible llegar al gol.
No soy hincha del Barcelona, porque sólo soy hincha de equipos argentinos. Sin embargo, está allí el mejor jugador del mundo, que es argentino y admiro, y tiene un fútbol tan simple como exquisito que da gusto mirarlo.
Desde el segundo gol de Maradona a los ingleses en el Mundial de México '86, que no me emocionaba hasta las lágrimas con otro jugador que no vistiera la camiseta de River. He llorado de la emoción muchas veces por los campeonatos logrados por el "Millo" en la década del '90.
Este sábado me pasó algo increíble: el Barcelona me hizo llorar. Lloré por su fútbol de toque, de entrega, de diversión, de abundancia de talento y porque entre esos hombres, había un pequeñín argentino que "la rompe", no se la cree y es el mejor del planeta. Y nadie se atreve a discutirlo.
No podía quitar la vista del televisor. Porque no le estaban ganando al Osasuna, sino que en Wembley, le estaban dando una clase de fútbol nada menos que al Manchester United.
Me encantó verlo a Messi gritar el segundo gol a la cámara, festejar a lo loco el triunfo por 3 a 1 que bien podría haber sido por mayor diferencia. También que recibiera la medalla y las felicitaciones de los popes del fútbol, incluido Michel Platini. Y después cargar en su cabeza la enorme copa de la Champions League.
Me molestó que nadie, un familiar, un amigo, cualquiera, le arrojara una bandera argentina, para que la luciera como capa en su espalda, como lo hizo Dani Alves con la brasileña que se la puso de bufanda y hasta bailó samba en el centro del terreno.
Iba a ser una buena manera de tocarle el corazón, a los que dicen que "Messi no es argentino, que es catalán".
No estoy de acuerdo con los que cuestionan a "La Pulga". El chico se formó futbolísticamente en Barcelona. Lo criaron desde nenito, porque en Newell's no se quisieron hacer cargo de su tratamiento de crecimiento. Él con toda naturalidad podría haber adoptado la nacionalidad española. Un montón de jugadores lo hicieron en el mundo y nadie dice nada de ellos.
Messi, el criticado, siguió siendo argentino y es un orgullo que así sea. Es cierto, no nos fue bien en el Mundial de Sudáfrica. ¿Pero él fue el único culpable?,¿o acaso en el Barcelona juega solo?. Seguramente si no tuviera como compañeros a Iniesta y Xavi, Leo no jugaría como juega. A la Argentina le faltó juego de equipo, que espero que lo tenga en adelante.
Ahora viene la Copa América y Messi, según lo dijo al cabo del partido contra el Manchester, quiere ganarla con la Argentina. ¿No es lindo escuchar eso de un chico, que es coronado como el mejor del partido y que el mundo entero, incluidos los brasileños, lo reconocen como el máximo exponente del fútbol actual?.
Es maravilloso, señores. Porque a él, el mejor de todos, lo vamos a tener entre nosotros, vistiendo la celeste y blanca. Y vaya que es motivo para hacernos felices.
Desde Diego Maradona, a quien admiraré por siempre, que no veo a un jugador con tantas cualidades: habilidad, inteligencia, juego de equipo, talento puro, como Lionel Messi. Y apenas tiene 23 años.
El pibe les ganó a todos: ya lleva 17 campeonatos ganados y con esa edad tan temprana. Su carrera no tiene límites.
A él, por sobre todo y a sus compañeros del equipo catalán, les debo haber disfrutado este sábado 28 de mayo de 2011 del fútbol en su máxima expresión. El fútbol al que hay que aplaudir. El fútbol que te deja sin palabras. El fútbol que te hace emocionar. El fútbol magia. Su majestad, el fútbol...

domingo, 15 de mayo de 2011

MI ENTREVISTA CON SILVIO




A Silvio Rodríguez lo convertí en mi ídolo desde mi 1979, cuando lo descubrí en una nota en la Revista Humor. No era un reportaje. Simplemente la periodista Gloria Guerrero hablaba maravillas de su música y decidí buscar sus discos, que en ese entonces estaban prohibidos en el país. Y cuando lo escuché, me partió la cabeza. Un tipo solo con su guitarrita, con un color de voz diferente y unos temas bellísimos para llenarte el alma. Fue suficiente para elegirlo.
Con militares en el Gobierno, era imposible una visita suya. Pero con la llegada de la Democracia, el sueño de tenerlo en la Argentina, poco a a poco se hizo realidad.
Si bien vino con Pablo Milanés en 1984, fue en su segunda visita, en 1985, cuando lo conocí y tuve la oportunidad de entrevistarlo para la Revista Siete Días.
Nunca sufrí tanto en un reportaje. Era muy difícil tenerlo frente a frente. Es que lo admiraba tanto que no quería mostrarme demasiado obsecuente .
Ese día hubo un "crack" en mi vida y fue el nacimiento de una linda amistad. Silvio fue, es y seguirá siendo mi artista preferido.
Las fotos que adornan este escrito son sólo algunas de las numerosas que le tomé en sus distintos viajes a la Argentina. Las de blanco y negro, tuve el placer de revelarlas en el laboratorio que me armé en un pequeño cuarto en el departamento donde vivía en ese momento. Estudiaba Fotografía y en algo tenía que poner en práctica los conocimientos que iba adquiriendo. Esas las tomé en 1986.
El tema "Causas y azares" lo eligí porque tiene que ver con el disco que vino a presentar, acompañado por el grupo "Afrocuba".
La particularidad de esta entrevista a Silvio es que nunca se publicó. Quiero entender que el personaje, por más que me autorizaron la nota cuando la propuse, no era del agrado de las autoridades del medio. Doy fe de la tendencia hacia la Derecha del entonces director. Aunque tal vez la nota era mala. No lo sé. La duda me quedó para siempre.
Hoy decidí publicarla en mi blog, tal cual la escribí. Con los errores de una joven con más entusiasmo que talento, con poca experiencia como Periodista. Y encima con un fanatismo enorme por el entrevistado. Aquí va:

"Se hace difícil anteponer la objetividad, para poder tratar con este hombre menudo, que ya pisa los 40 años, por el cual esta periodista siente un profundo cariño y admiración. Este hombre talentoso en extremo, que ya no necesita de su apellido, porque basta decir "Silvio", sin el Rodríguez a cuestas, para saber de quién se está hablando.
Más delgado, seguramente producto del problema pulmonar que sufrió el año pasado y lógicamente del cansancio de amanecer cada día en un sitio diferente, y con una serenidad a flor de piel que impresionó de entrada, así apareció Silvio Rodríguez. Ya sea desde el momento de su arribo al Aeropuerto de Ezeiza, como antes de partir, en este su segundo viaje a la Argentina.
Una corta visita de apenas una semana, para hacer con el grupo "Afrocuba" cuatro recitales en el Luna Park, pero que dejó demostrado nuevamente que después de Joan Manuel Serrat, es el único artista de afuera por el que el público argentino siente veneración, aunque haya muchos que no terminen de perdonarle haber nacido en Cuba y de ser un gajo de la revolución.
Se iba luego al Brasil, a enfrentarse por primera vez con un país que no admite fácilmente a los extranjeros por más talentosos que sean. Pero el desafío lo movilizaba. "Creo -dijo en la conferencia de prensa-, que voy a hacer dos conciertos en San Pablo y dos en Río de Janeiro, y sobre todo voy a participar en un programa que vienen haciendo Chico (Buarque de Holanda) y Caetano (Veloso), que en esta oportunidad se va a alargar una hora más".
De todos modos, aún acuciado por la falta de tiempo, hizo un huequito para intercalar esta charla, la única a una revista, después de dos entrevistas a un mismo diario, y en la que más allá de lo artístico, se descubre a un ser humano solitario, sensible y cálido, pese a que poco le gusta el periodismo para manifestarse a través de él, ya que señala que "los reportajes me quitan tiempo para la creación".
Pero en fin, está "atrapado" ante el grabador. Atento a las preguntas, cortante a veces, agradable otras, y sobre todo deseoso de que pronto termine el interrogatorio.
-En varias ocasiones declaraste que disfrutabas más el hecho de componer que actuar ante el público. ¿Qué te hace inclinarte fundamentalmente por la soledad de la creación?.
-Porque es la parte creadora de mi trabajo. Lo demás es una parte reproductora.
-Suena extraño que no disfrutes del encuentro con el público.
-Es grato también. El hecho de que prefiera la parte de la composición, no quiere decir que desdeñe o subestime lo importante que es el contacto con el público. Sobre todo un público como el de aquí, que es tan amoroso y tan cálido. Y a quién no le gusta un público así.
-¿Te han comenzado a pesar los años?
-A quién no.
-Si tuvieras que hacer un balance de estos años de música, de vida, ¿qué rescatás en concreto?
-Tengo razones para sentirme satisfecho, en el sentido de mi relación como artista con la gente. Porque mi trabajo...mis ideas en definitiva, han llegado al pueblo y las han comprendido en mayor o menor medida. Y el pueblo ha respondido con amor, o sea que ha reciprocado mi intención de comunicación. Mi intención de cooperar con esto que yo hago, en procura del mejoramiento humano. Sino qué sentido va a tener el arte sino es ése. En el aspecto ya personal de la creación, nunca me conformo. Siempre me parece que tiene defectos, cuando miro lo que he hecho hacia atrás. Siempre hay cosas por superar. Trato de aplicarme y de ser autocrítico.
-¿Qué es lo que más criticás de lo que hiciste anteriormente?
-Fundamentalmente aspectos formales de mi trabajo, tanto musical como literalmente. O sea aprender a escribir. Aprender a tocar. Aprender a cantar o a hacer mejor música, o a adecuar la música a los contenidos de mis canciones. Toda la disciplina interna del que compone. Eso exige una aplicación, estudio y un espíritu muy autocrítico.
-Antes era como si compusieras con el fusil en la mano, dispuesto a disparar en cualquier momento.¿Te has vuelto más pacifista ahora?
-No, en realidad la vida es la que ha cambiado. Eran muy distintos los tiempos en que yo empecé a cantar en la década del 60', cuando la lucha de clases era muy fuerte en mi país. Era la época de mayor contingencia revolucionaria en Cuba, cuando yo ni siquiera comenzaba a participar como cantor o como experimentador en el mundo de la canción. Y mi participación en la vida era realmente -desde el punto de vista laboral y humano- más contingente, junto con toda la juventud de mi pueblo en las tareas revolucionarias. Era soldado. Y aún así, hice muchas canciones amorosas, reflexivas. Lo que sucede es que por aquella época, existía poca gente en Cuba que hiciera canciones tan identificadas con la Revolución. Y nos dimos cuenta de que era muy necesario dar a conocer primero todas esas canciones que las otras. Pero en realidad, siempre he compuesto más canciones de amor que políticas, aunque las canciones de amor pueden ser políticas. Porque se dice que todas las canciones son políticas, ya que todas encierran una ética, una visión del mundo, pués, están mostrando una conducta o una manera de ser...una política en definitiva.
-Hace algún tiempo Mario Vargas Llosa comentaba que "cuando la Literatura sirve para la política se convierte en propaganda". ¿Es posible que pase lo mismo con la música?
-Eso no quiere decir que la propaganda sea mala. Yo no quiero cuestionar algo que él haya dicho, pero por ejemplo Bertolt Brecht, uno de los poetas más grandes que he conocido, era extraordinariamente político, didáctico y poético. José Martí, el héroe nacional de Cuba, también era extraordinariamente político y es uno de los poetas más grandes de la lengua hispana de todos los tiempos. Después Neruda, Guillén, César Vallejo...qué es lo que está cuestionando ese señor.
-Últimamente has manifestado en algunos reportajes, que pensabas dedicarte más a la Literatura y al Cine.¿Es eso cierto?
-No, dije solamente que me gustaría hacerlo, no que lo vaya a hacer. Incluso porque hasta me iba a dar un poco más de tiempo para componer, aunque parezca paradójico. Es necesario, a veces, si uno no quiere experimentar y profundizar como uno desea en materia de composición, de diálogo con la gente, un poco de tiempo.
-¿Cuánto tiempo te das para la creación?.
-Yo me daría todo lo posible, pero ustedes me dan poco...
-¿Pretendés hacerme sentir culpable?
-No, por favor, no lo digo con esa intención.Solamente estoy respondiendo a tu pregunta.
-Pero, ¿cuánto tiempo en realidad le dedicás?
-Le dedico el que puedo. Y a veces puedo muy poco, sobre todo en los dos o tres últimos años.
-¿Sos una persona libre?
-Vivo en la cárcel de mi conciencia y de mi voluntad. Eso también es una prisión.
-¿Y no es bueno acaso escaparse alguna vez de esa prisión?.
-Sí, de pronto te pueden entrar deseos de volar y lanzarte por un balcón, pero la conciencia de la realidad te lo impide.
-¿Por dónde pasa tu libertad?
-Por los principios de mi pueblo. Por su dignidad, por la justicia social, por comprender que no vivo solo porque vivimos en colectividad y todos tenemos aspiraciones y necesidades, y que todos tenemos derecho a la educación, al pan, a la salud y a defender lo que con justicia hemos conquistado. En fin, mi libertad es mi revolución.
-¿Cómo se compone tu familia?
-Tengo una familia numerosa.
-Tenés hijos, ¿verdad?. ¿Qué edades tienen?.
-Tengo cuatro hijos, de tres a catorce años.
-¿Qué le enseñás a tus hijos?.
-No a cantar por supuesto, porque no estoy facultado para enseñar ni a mis hijos ni a nadie. Pues bueno, les enseño a veces la música. Y más bien que les enseño poco. Mis hijos (se ríe) son los que me enseñan a mí.
-¿Qué es lo que te enseñan ellos?.
-Me enseñan a amar a los seres humanos.
-No puede ser.¿No está acaso en vos amar a los seres humanos?.
-Sí, pero ellos me siguen enseñando.
-Entre los temas de tu nuevo repertorio, hay un tema, "Canción en harapos", que llama mucho la atención por la crítica que le hacés a la burguesía. ¿No te volviste vos también un poquito burgués, al viajar en aviones y alojarte en los mejores hoteles?.
Evidentemente molesto, responde:
-¿Ser artista es ser burgués?. Yo no veo que ser artista es tener que ser burgués.¿A quién sirve mi arte?.¿A favor de quién estoy?.¿A favor de quién canto?. Eso es lo que hay que ver.
-¿Sos un rebelde?.
-No, soy un inconforme.
-¿Contigo mismo siempre?.
-No siempre. No tengo por qué estar siempre conforme. Pero sí, conmigo mismo soy bastante inconforme en lo que hace a mi trabajo.
-En tus canciones siempre te referís a la mujer. ¿Es la misma o han sido varias tus musas inspiradoras?.
-¿Por qué?. A veces hasta la soledad es una mujer. Por lo menos es femenino.
-¿Sufriste muchos desengaños amorosos?.
-...Y no también.
-¿Te imaginás anciano?.
-Espero no llegar a eso.
-¿Le temés entonces a la vejez?.¿Y a la muerte?.
-No. Pero a la muerte inútil, sí. Y más que temor es desprecio. De todos modos, la muerte es más natural que la vida, ya que la vida es un accidente. En cambio la muerte es un destino de los que viven.
-¿Tenés conciencia de tu seducción ante el público?.¿De que pese a tu parquedad en algunas ocasiones, la gente llega a veces hasta conocerte como persona?.
-No sabía que la gente me conociera como persona. Bueno, la gente puede llegar a imaginarse una persona a través de los textos de sus canciones. En todo caso, más bien se estarán imaginando una sensibilidad. En ese sentido, la gente sí tiene razones para conocer parte de mi persona. Pero no pretendo ser un seductor, aunque me hubiera gustado ser el flautista de Hamelin, para seducir a los enemigos de la humanidad. Llevarme como el flautista de Hamelin a todas las ratas al río y allí ahogarlas. Eso sería para mí seducir.
-Lo que decís, da a entender que aún seguís con el arma del soldado en la mano.
-Claro, es que es necesario a veces.
-En alguna oportunidad dijiste que lo más hermoso lo habías vivido durante tu infancia y adolescencia. ¿Cuáles son tus recuerdos más salientes de esa época?.
-Fundamentalmente la naturaleza: los bosques, el río, los animales de mi pueblo.
-¿Naciste en el campo?.
-Nací en un pueblo, San Antonio de los Baños, al lado del campo. Un pueblo pequeño del interior, pero que tiene un río que lo atraviesa, donde todos los muchachos aprenden a nadar y yo entre aquellos muchachos, y donde hay mucho bosque en los alrededores. Muchos lugares para correr, muchas matas para subir, piedras, cuevas donde meterse, caballos que montar, perros que tenés de compañeros y todo es hermoso. Eso le gusta a todo el mundo.
-¿Hay alguna imagen que te haya quedado grabado de ese tiempo?.
-La primera vez que me escapé de mi casa y me bañé en el río sin permiso.
-Fue tu primera rebelión.
-Una manera de que se manistara la naturaleza humana.
-¿Alguna vez te prohibieron en tu casa que abrazaras la carrera artística?.
-No, todo lo contrario. Sucedió al revés: yo era el que no quería y todos en mi casa querían verme artista.
-¿Por qué te negabas?.
-Porque no me interesaba. Mitad por miedo escénico y mitad porque no me veía a mí en un escenario. No me parecía muy serio eso. Me interesaba más otro tipo de profesión...Yo era periodista.
-Entonces entenderás por qué presionamos tanto para lograr una entrevista con vos.
-Yo no hacía entrevistas. Hacía crónicas, fotografía y dibujaba. También hacía historietas cómicas e ilustraciones.
-¿Qué quedó de aquel periodista?.
-Afortunadamente nada.
-¿Sos el músico mejor pago de Cuba?.
-No. Hay muchos músicos que tienen el salario que tengo yo. No soy el mejor pagado en el sentido del dinero, porque hay otros que ganan más dinero que yo. Pero lo que sí, soy moralmente muy bien pagado y a mí me basta con eso.
-¿Hasta qué punto te interesa el dinero?.
-Hasta ninguno. En el sentido que ante determinadas situaciones pueda resolver cuestiones, es necesario. Pero me parece que se puede prescindir de él.
-¿Alguna vez pasaste hambre?.
-Cuando niño, estuve cerca. Era la época de la dictadura de Batista.
-¿Esa barrera que colocás delante tuyo, es fruto de la timidez o es que en verdad intentás ser agresivo?.
-En todo caso, ¿a tí te han entrevistado alguna vez?. Tendrías que pasar por eso. Yo no sé si soy tímido, si soy pesado, sangrón...
-¿Llorás a veces?.
-No suelo llorar. Supongo que me desahogo haciendo canciones.
-¿Sos un hombre de palabra?.
-Trato de no escupir para arriba para no mojarme.
-¿Te arrepentís de lo que decís o hacés?.
-Trato constantemente de decir o hacer cosas de las que no tenga que arrepentirme. Sencillamente soy cuidadoso.
-Hay quienes dicen que día a día América Latina va hacia una socialización política. ¿Compartís esa opinión?.
-Yo creo que se está llegando a un punto donde cada vez es más fuerte la necesidad de unirnos y creo que se está llegando a esa conciencia poco a poco. Eso que quería Bolívar, Martí, San Martín y todos los próceres que hicieron las repúblicas, nuestra América. El proceso es largo y muy doloroso, pero parece que no habrá remedio para conseguirlo.
-El retorno a las democracias producido en los últimos tiempos, ¿no es tal vez un punto de partida de lo que decís?.
-Me parece que es interesante, aunque es un proceso que debe consolidarse más todavía. Requiere de un gran esfuerzo, de una gran unidad de los pueblos y de una gran honestidad también por parte de los políticos de todos los partidos. Pero por sobre todo, que funcione esa conciencia colectiva, esa necesidad y esa voluntad de unión.

lunes, 2 de mayo de 2011

POR EL MILAGRO DE GUSTAVO














"Me verás volver..." Así dice el comienzo del tema "La ciudad de la furia", que Soda Steréo convirtió en un hit sin fecha de vencimiento.
Y eso mismo es lo quiero que suceda con Gustavo Cerati. Que despierte de ese sueño, al que está condenado desde el 16 de mayo de 2010 por el ACV o Accidente Cerebro Vascular, que lo aqueja desde que terminó un recital en Caracas, Venezuela.
Nunca fuí fanática del grupo, ni de Cerati en particular, pero los reconozco pioneros del "nuevo rock argentino" y que supieron ganarse la idolatría de la mayoría de los jóvenes de toda Latinoamérica y el respeto de músicos de distintas partes del mundo.
Yo me quedo particularmente con dos temas: "La ciudad de la furia" y "Cuando pase el temblor". Éste por la canción misma y por el videoclip, que el trío filmó en el hermoso Pucará de Tilcara, en el norte jujeño. Y de Gustavo como solista, "Crímen", del CD "Ahí vamos".
Más allá de la música excelente, mi escrito está enfocado en Gustavo Cerati persona y mi deseo enorme que comparto con toda la gente que lo quiere y admira, que abra los ojos y que el ACV no le deje secuelas irreparables en el cerebro.
A Juan Pablo II le falta un milagro comprobado para lograr la Santidad y desde hace más de cuatro meses, le vengo rezando para que "su milagro" sea la recuperación de Gustavo. A mí la Fe me dió grandes resultados a lo largo de mi vida. Por eso confío en que Gustavo, por la mediación celestial del Papa polaco, salga de este mal momento en su salud.
Un sábado de enero fui a una librería religiosa de la Avenida Callao y Sarmiento y compré tres imágenes de Juan Pablo II y un Rosario. Las dos de tamaño pequeño las dejé en familia. Una para mi mamá y la otra para mí. Y la otra, mucho más grande, al igual que el Rosario, eran para llevárselos a Cerati.
Como suelo ir muy seguido a las Misas dominicales de la Catedral Metropolitana, fue un sacerdote que me confesó allí, el que le impartió la bendición a todos estos objetos.
Todos los fines de semana, planeaba ir hasta la Clínica ALCLA, en el barrio de Núñez, donde está internado. Pero no me animaba.
A Lilian Clark, la madre de Gustavo, sólo la conocía por fotos y algunas entrevistas radiofónicas. Y me caía bien su fortaleza y su confianza en la recuperación de su hijo. Sin embargo, aún así, me seguía dando vergüenza acercarme hasta la clínica.
Cuando Cerati fue llevado de urgencia a la Clínica Los Arcos, en Palermo, por una neumonía, pensé en ir y esperar a Lilian en la puerta para entregarle la imágen de Juan Pablo II y el Rosario. Pero desistí de eso, porque había varios periodistas en el lugar y no quería que esto fuera mediático. Es más, yo no estoy actuando ahora en mi condición de periodista. Sólo lo hago como una persona movida por la Fe.
Antes de viajar de vacaciones a Jujuy, hace tres semanas, también tuve la intención de ir. Pero no me dio el tiempo, por unos inconvenientes que me surgieron de último momento. La próxima fecha que fijé y esta debía ser la definitiva, fue el 1° de mayo, dia de la Beatificación en El Vaticano de Juan Pablo II.
No podría haber mejor fecha que esa.
Ese día, fuí a la Misa celebrada en la Catedral por el cardenal Jorge Bergoglio, donde volví a rezar por Gustavo. Y a la tarde me propuse, pese a mi enorme timidez, acercarme hasta la clínica en Núñez.
Ese día domingo lo viví como muy especial. Después de la Misa me fuí hasta Colegiales, para llevarle de comer a los gatos que alimento en Canal 9 y a una familia de cuatro felinos, que están en un galpón frente a la emisora.
Después volví a casa, a alimentar a mis gatitos y a tomar el té. Filmé la imagen de Juan Pablo II y el Rosario, antes de guardarlos en un sobre y le escribí una carta a la madre de Gustavo, que también guardé allí, para dejarlo en la entrada, ya que me conformaba con eso.
Me fuí en subte hasta la Estación Congreso de Tucumán y llegué cuando ya la tarde estaba cayendo y había comenzado a oscurecer. Caminé las tres cuadras hasta Campos Salles, doblé a la derecha una cuadra y allí me encontré frente a la Clínica ALCLA, en la calle Vuelta de Obligado.
Frente a la clínica había dos chicas que estaban con un marcador escribiendo en la pared, pero no me detuve a ver. Sólo quería entrar, preguntar por la madre de Gustavo, dejar el sobre y volver a casa lo antes posible.
En la entrada me atendió Ramón. No me olvido su nombre, porque fue una persona increíblemente amable conmigo. Le pregunté por Lilian. Él quiso saber si ella me conocía. Le respondí que no, que sólo quería dejarle un sobre.
Ramón me lo recibió para entregárselo. En ese momento, sin que me lo consultara, le expliqué que en el sobre había una imagen de Juan Pablo II y un Rosario para Gustavo, que yo tenía mucha Fe en él y que ese día había estado rezando por el músico en la Catedral.
Ramón me dijo que esperara, que iba a llamar a la habitación y si Lilian estaba, tal vez ella misma iba a venir a recibirlo.
El hombre habló con ella, le explicó que "yo era una señora que tenía un sobre para entregarle". Nada más. Sin embargo, la mujer le respondió que "bajaba". Ramón me miró, sonrió y me dijo: "viene para acá". Y me alcanzó el sobre para que se lo dé yo.
En esos minutos, le conté a Ramón que no era fanática de Gustavo, pero que me daba mucha pena lo que le sucedía. Él me dijo que era muy triste la situación, pero destacó la fuerza de voluntad y el optimismo de su madre. "Es una gran mujer", fue como mejor la definió.
Yo le señalé que no la conocía personalmente, pero que en un reportaje que había dado a un periodista de Canal 7, cuando recibió un premio para Gustavo de manos del ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni, me había sorprendido su tenacidad y espíritu de lucha.
En esa entrevista, Lilian habló de Luís Alberto Spinetta y Ricardo Mollo, dos músicos extraordinarios que lo visitan y le cantan, y que Gustavo da la impresión con sus reacciones, que disfrutara de la música.
Fue casualmente esa nota, la que más me animó a ir a conocer a Lilian, aunque en las horas previas, me conformaba sólo con que le llegaran mis obsequios.
Pocos minutos después, Lilian vino hasta donde yo estaba. Le entregué el sobre y mientras ella lo abría, le expliqué que estaban bendecidos, que yo tenía mucha fé en Juan Pablo II y que esa mañana había estado en la Misa rezando por su recuperación.
Lilian me agradeció y me dijo que después iba a leer mi carta. Me preguntó mi nombre, le respondí: "Yayi Villegas" y le indiqué, como lo puse en la carta, que allí estaba mi teléfono. Y si Gustavo despertara, que me avise, porque entonces "el milagro se habría producido".
No fuí como periodista, por lo que no consideré necesario tener que decírselo. Tal vez, ella podía pensar que yo estaba especulando con alguna nota. Y su trato para conmigo fue de una amabilidad impresionante, que no puedo dejar de agradecer.
Le pregunté por Gustavo. Me dijo: "está estable, está bien...".Yo le señalé: "voy a seguir rezándole a Juan Pablo II". Y la felicité por su fortaleza para seguir adelante y que la admiraba por eso. Allí le apreté fuerte la mano derecha.
Ella agradeció mi presencia y con un beso, y su mano aún apretada, nos despedimos. La próxima vez que la vea, me gustaría que fuera para festejar el despertar de Gustavo.








A la salida, seguían las dos chicas escribiendo en la pared de enfrente. Me crucé para ver y me encontré con cientos de mensajes de aliento y de afecto, y numerosos dibujos de los fanáticos, destinados a Gustavo.
Le dije a las chicas que acababa de estar con la madre de Cerati y que confiaba en Juan Pablo II y en su milagro para curarlo. Ellas me dijeron que me habían visto entrar a la clínica y se preguntaban si yo había ido a visitar al músico. Les respondí que era la primera que venía y que me había hecho muy bien hacerlo.
Antes de irme, filmé la pared con sus fotos, dibujos y mensajes, y me detuve en una foto de Gustavo al lado de una de Juan Pablo II. Alguien, tal vez antes que yo, también pensó en la posibilidad de ese milagro. Nunca dejaré de rezar para hacerlo posible.
La próxima vez que vuelva a escribir sobre Gustavo Cerati, será para comentar sobre su "milagroso despertar". Porque Juan Pablo II, desde su mesa de luz de la clínica, hará que sus ojos claros vuelvan a mirar al mundo.

domingo, 1 de mayo de 2011

JUAN PABLO II EL PRÓXIMO SANTO





Lejos del Vaticano, donde me hubiese encantado estar presente, viví con mucha emoción la Misa celebrada por el arzobispo de Buenos de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio en la Catedral Metropolitana, en conmemoración a la Beatificación del Papa Juan Pablo II.
Siempre sentí por Karol Wojtyla una veneración especial. Su mirada, sus actitudes, su vida consagrada a la benevolencia, me conmovieron poco después de asumir el Pontificado en octubre de 1978 y más aún sus últimos años de vida y hasta su muerte el 2 de abril de 2005, cuanto tenía 84 años de edad.
No tuve la suerte como otros, incluso ex compañeros míos de Canal 9, de estar a su lado, de recibir su bendición exclusiva, cuando visitó la Argentina el 11 de junio de 1982 y el 6 de abril de 1987.
En 1982, cuando vino para poner fin al conflicto por el Canal de Beagle, que a poco estuvo de llevarnos a la guerra con Chile, yo estaba en Jujuy, luego de mi frustrada boda en Buenos Aires, que sólo menciono como referencia.
Pero sí pude estar presente en la Misa del Domingo de Ramos, que en 1987 celebró en el cruce de la Avenida 9 de julio y la Avenida Santa Fe.
En esa época yo vivía en un pequeño departamento en Pacheco de Melo al 1900, en el Barrio de Recoleta y bajé caminando hasta donde iba a celebrarse la Eucaristía. En realidad, mi intención no era quedarme al oficio religioso, porque era muy temprano, sólo quería observar a la gente que llegaba al lugar. Sin embargo, la emoción de todos, unas 750 mil personas, era tan contagiosa que me quedé.
Me ubiqué contra la baranda, en la Avenida 9 de Julio, a una cuadra del enomre palco. Y no me moví de allí en ningún momento, porque quería observar más o menos cerca el paso del Papamóvil. Estaba rodeada de varias chicas de un colegio religioso, que no paraban de reirse entre ellas y comentar de manera airada lo que sucedía a su alrededor. Aunque nunca hablé con ellas, me entretuvieron en la larga espera.
Ese día comprendí que el hombre con atuendo blanco y una sonrisa cautivante, era algo más que el principal representante de Dios en la tierra. Su imagen conmovía hasta las lágrimas.
Cuando pasó saludando frente a mí, comencé a llorar de emoción y no podía parar de hacerlo. Pero no sólo eso, cuando miré a mi alrededor, hasta las chicas que se habían reido y bromeado minutos antes como si estuvieran en una cancha, también habían comenzado a llorar y estaban embelesadas mirando el interior del vehículo transparente
Sólo alguien que tenía destino de Santo podía provocar esa emoción generalizada.
Este domingo 1° de mayo cuando llegué a la Catedral Metropolitana y me encontré en la entrada con una estatua del Papa en tamaño natural, creada por el publicitario Fernando Pugliese "recibiendo a los fieles", volví a revivivir aquella emoción del '87.


No me gustó la falta de respeto de algunas personas, quienes con el ánimo de llevarse una foto original, se pegaban a él como si fuera la gigantografía de alguna estrella del espectáculo y se peleaban entre ellos por ocupar ese lugar.
Creo que fue esa actitud desubicada, la que obligó a los encargados de la organización de la celebración, a adelantar la entrada de la imagen al templo.
Aunque la Misa estaba programada para las 11.30, el emotivo desfile de la réplica del Beato por el pasillo central, se adelantó a las 11.05.
En medio de aplausos y el "Viva el Beato Juan Pablo II", la imagen llevada en andas entre varios representantes de la comunidad polaca, que colocó a varios jóvenes con sus trajes típicos, scouts y misioneros para su reverencia, llegó hasta el Altar, donde fue ubicada unos pasos adelante, a la derecha.



Los que esperaban una homilía del Cardenal Bergoglio, cargada de críticas por la realidad social, se equivocaron. El religioso habló de "no tener miedo", que fue uno de los mensajes que dejó el Santo Padre. Tal vez por eso, los medios del día siguiente no se hicieron eco de sus palabras y menos aún de la Misa central por el Papa en nuestro país.
Me gustaron algunas canciones y oraciones en polaco y el Ave María entonado por un hombre, luego de la Comunión.







Antes de retirarme con estas imágenes de la celebración, me acerqué a un panel donde estaban en exhibición varias fotografías que reflejaban las visitas del Papa polaco a la Argentina.
Con esta filmación, salí feliz de la Catedral y agradecida a Dios de haberme permitido la posibilidad de ofrecerle al Beato, desde muy lejos, mi humilde homenaje. Porque estoy segura que no pasará mucho tiempo en que logre la Santidad. Hay cientos de casos en el mundo, que mencionan que "obró un milagro". Cuando alguno de ellos consiga la debida confirmación, pasaremos a rezarle a San Juan Pablo II. Al menos, ya está la fecha para venerarlo todos los años: el 22 de octubre, en honor al día en que asumió su Pontificio hace casi 33 años.